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Coqui, Clarín, Carrió y La Campola

5 Feb

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Con la ruptura en vivo y en directo – en otro de sus tediosos monólogos matutinos- de dos artículos del diario Clarín, Jorge Capitanich le hizo al gran diario argentino un favor enorme. Ni el mismísimo Héctor Magnetto lo habría imaginado de semejante y tan burda manera. La conexión con cualquier dictadura de ayer y hoy será inmediata, así como la confirmación en cada página de que este gobierno no respeta ni a las instituciones ni al sistema democrático. Dos cosas que son muy ciertas, más allá de que no son ninguna novedad para quienes habitamos este país. Clarín podrá victimizarse – con la ayuda de la infaltable ADEPA, tan ausente en momentos importantes del pasado- e instalar un poco de paranoia entre sus habituales lectores – es decir, casi toda la sociedad- y ganará varios metros en una carrera que hace largo rato debió haber terminado. El gesto del actual Jefe de Gabinete llega en un contexto muy caldeado, en el que el gobierno no ha sabido cómo lidiar con la misteriosa y repentina muerte del Fiscal Jorge Nisman quien estaba a horas de denunciar a Cristina Kirchner y a Héctor Timmerman – junto a varios secuaces más como Luis D’Elía, Andrés Larroque, Yussf Khalil y Fernando Esteche- por encubrimiento (vía el polémico Memorándum de Entendimiento) de los supuestos culpables por el atentado a la AMIA de 1994.

No voy a ahondar acerca del clima que se vivió desde la aparición del cuerpo sin vida con un tiro en la cabeza del Fiscal que investigaba a la Presidenta de la Nación, porque ya se ha hablado demasiado en todos los medios radiales, televisivos y gráficos. Quien quiera una cronología de los hechos y todas las hipótesis, puede dirigirse a cualquiera de las generosas bases de datos digitales de La Nación o Clarín y desgarrarse la cabeza jugando a ser Sherlock Holmes. No se sienta mal cuando lea esto, piense que la misma Cristina – con sendas cartas publicadas en Facebook y dos lamentables discursos por Cadena Nacional tratando de dar lástima y mostrarse fuerte, chistosa y desconocedora de la Constitución Nacional- y todos sus funcionarios han hecho gala durante estas dos semanas y media de sus conocimientos forenses, criminológicos y policiales. Lástima que los hechos siempre estuvieron firmes para descartar a todas las personas sobre las que el ojo oficialista se fue posando con el correr de los días. Primero el mismo Nisman que se voló la cabeza en un ataque de realidad tras haberse dado cuenta de que su denuncia era pescado podrido; a las pocas horas, Hector Magnetto fue acusado por toda la bancada del Frente Para La Victoria sin ninguna prueba y con los mismos argumentos de siempre; luego cuando quedó en claro que no había sido un suicidio, todos se abalanzaron sobre el espía jubilado y ahora enemigo (tan amigos supimos ser…) Jaime Stiusso, quien al parecer lo hizo volver al país y luego lo ajustició; dos día más tarde los cañones apuntaron contra el mejor amigo (sí, el “íntimo”) de Nisman, Diego Lagomarsino, que hasta fue falsamente acusado de sacar fotos en marchas por Cromagnon – aunque creo que fue demasiado ingenuo al prestarle su arma personal a su amigo y dio una conferencia de prensa muy sobreactuada-; más tarde todos los dardos apuntaron a la Fiscal Fein, en un embate que comenzó con intensidad pero que luego de dos días, previo pedido de Aníbal Fernandez para que “no se le ocurra ponerse la malla” (porque se quería ir de vacaciones), se ha calmado un poco. Esta tragicómica saga por el momento se encuentra en pausa, aunque es evidente que el partido de gobierno es más bien creativo y fabulador a la hora de pasarle la pelota a otra persona.

Además de los devaneos de la Jefa de Estado y sus voceros varios, también nos vimos sometidos como sociedad a una cantidad de contradicciones de la Fiscal Viviana Fein. La última de ellas fue la que inicialmente generó la “ira” de Capitanich y lo llevó a romper las páginas de Clarín. Al parecer, Nisman tenía en la basura un pedido de captura y desafuero para CFK y los demás involucrados en su denuncia. Esto fue publicado por el matutino y llevó a que nos digan por enésima vez que el único que miente y roba en el país es Clarín. El ataque de histeria estaba fundado en un comunicado de la Procuraduría que negaba la existencia del documento, algo que fue confirmado y negado con un día de diferencia entre ambas posturas por la misma Fein. El papel en cuestión existe, era un borrador y fue sumado a las demás pilas de documentos que conforman la causa por la muerte de Nisman, que efectivamente pensó en algún momento en detener a la Presidenta y al Canciller. Más allá de que ningún Juez hubiese siquiera considerado esa drástica y terminante opción, el hecho de por sí es más bien pesado y no debe haber caído para nada bien en la mesa chica que nos gobierna. No se puede decir a ciencia cierta que en el documento redactado por el equipo de Gils Carbó se haya falseado este dato para respaldar la versión del Jefe de Gabinete, pero sí que la Procuradora General ha quedado demasiado manchada desde su asunción como para que las miradas de costado tengan sus fundamentos. Un día después de su exabrupto infantil, Capitanich fue confrontado por Nicolás Wiñazki – uno de los autores de las notas en cuestión- y apenas si pudo balbucear alguna que otra incoherencia frente al pedido de explicaciones de parte del periodista. Y todo esto sin mirarlo a la cara ni siquiera por un segundo, como escondiéndose detrás del atril desde donde exhibe su nula cultura y su desgastada habilidad política a diario. Una contundente imagen para estos doce años de gobierno: un partido político que ha mantenido las riendas del poder en base a gobernar de espaldas a la realidad – en todas sus dimensiones posibles- pues ésta siempre lo golpea donde más le duele. Denunciando conspiraciones por doquier – ay, estos terroristas que atentan contra la buena onda y el siempre infaltable y falso “verano récord en consumo y ocupación hotelera”- y tratando de crear enemigos los suficientemente grandes como para que le quiten el foco acusador de encima al menos por un rato. Nada nuevo bajo el sol, pero hay un punto en el que todo esto – en especial hablar de ello, analizarlo, contrarrestarlo a todo momento- aburre y en grandes cantidades.

Mientras tanto – en un acto sin precedentes en estos 12 años- la oposición se unificó totalmente para repudiar la actitud del chaqueño y también para afirmar que no irán a debatir el proyecto de creación de la A.F.I. Tras una pésima reacción pos muerte de Nisman, parecen haberse reorganizado razonablemente por primera vez. Exploremos las razones que respaldan esta buena movida: el cambio de nombre para la actual Secretaría de Inteligencia – que viene de la mano de un aumento de salarios y promesa a todos los empleados y agentes de que no perderán su trabajo- es tan solo una cortina de humo lanzada por la Presidenta desde su silla de ruedas cuando decidió hablarle al país tras 8 días de silencio e invisibilidad tras el fallecimiento de Nisman. Más allá de que el CELS y varios oficialistas insertados en la oposición fomenten la idea de que es necesario discutir esta “reforma” pues salda muchas deudas de la democracia, si el conjunto de la oposición se prestase para esta puesta en escena no hará más que seguir traicionando a la sociedad que les depositó su confianza en las urnas. Un pequeño paréntesis: como leí en un muy buen tweet del periodista Luis Gasulla mientras CFK hablaba por Cadena Nacional, es notable que todos los logros sean siempre del gobierno pero que las deudas sean de ese ente llamado “la democracia” (es decir, de la sociedad, de nosotros mismos). Retomando lo anterior, el gobierno va a usar – de hecho ya lo hizo- el argumento de que ellos siempre abren el debate y la oposición solamente se encarga de cerrarlo y después quejarse de que no existe la discusión en el Congreso. Este golpe de efecto, habitual en el kirchnerismo, por suerte ya no es lo que solía ser. A esta altura, todos sabemos que en estos 12 años los políticos que están del otro lado del mostrador se han limitado a oscilar entre la estupidez y el colaboracionismo explícito, por lo que no hay mayor daño que se les puede infligir delante de la opinión pública. Por lo demás, también es ampliamente reconocido que el Congreso es una escribanía de la Presidenta por lo que seguir martillando con las instituciones tampoco parece ser la mejor estrategia. Tomemos el ejemplo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales: dos años de intensos debates en todo el país, abiertos para todo el que quisiese exponer, y luego varios meses de intercambio de los Legisladores con especialistas. Todo eso para apenas cambiar de lugar algunos puntos y comas y sacar a las telefónicas del medio para conseguir los votos del Partido Socialista del hoy tan opositor Hermes Binner y de Proyecto Sur del revolucionario Pino Solanas y sus laderos de interbloque Tumini y Donda. Mucho debate, muchas promesas, para terminar en una ley cuyas únicas partes positivas – que son varias, créanme- no han sido implementadas al día de hoy desde su promulgación el 10 de Octubre del año 2009. Como dijo Zannini ayer, ellos no pretenden cambiar nada de fondo en la Secretaría de Inteligencia sino apenas “mejorar lo ya existente”. Todo un statement revolucionario.

Una buena jugada al fin de un conjunto de partidos y agrupaciones que no ha podido jamás tomar la delantera ni marcar agenda aún en su mejor momento, que llegó con aquella victoria humillante de Francisco De Narváez – hoy con su antes odiado Massa- sobre Néstor Kirchner y Daniel Scioli en las Legislativas de 2009. No hay que dejar de lado en toda esta situación el golpazo que significó para el Frente Amplio-UNEN y para el resto de los partidos no kirchneristas, el anuncio de Macri y Carrió confirmando que irán a una interna juntos en Agosto. El acuerdo no contempla a la Ciudad de Buenos Aires y sirve básicamente para que el armado no peronista comience a tomar vuelo en todo el país. Habrá que ver si resulta y si los dos protagonistas estelares pueden dejar atrás un pasado de fricciones y desacuerdos, pero es innegable que muchos han sido expulsados de su zona de confort. Primero se desató la incertidumbre en el Frente Renovador, que tuvo que apurar la presentación de su “Gabinete en las sombras” para generar impacto en la sociedad tras un año y monedas de estancamiento. Luego llegó la reacción negativa de casi todo el UNEN – con la excepción de Sanz y Lousteau, que se mostraron con ganas de jugar en esa interna-, cuyos integrantes se cansaron de repetir que buscan una coalición amplia pero sin Macri ni Massa ni el Frente Para La Victoria. La gran contradicción es que Libres del Sur – de los kirchneristas reprimidos Humberto Tumini y Victoria Donda- ya se alió en Salta con el PJ de Urtubey, y que la parte de la UCR que sigue dentro del FA-UNEN ha movido muchas fichas en dirección hacia una inminente fusión con el Frente Renovador. Pino Solanas, Hermes Binner y Julio Cobos son bastante más cerrados en ese sentido y siguen insistiendo con que ellos son la “izquierda real” – un discurso calcado del gobierno, pero que ellos consideran diferente- y que con eso les alcanzará para ganar por goleada. La fórmula Cobos-Binner avanza a diario y muy posiblemente el resto del rejuntado vaya por separado sin siquiera pasar el corte en las PASO. Como se puede apreciar, bien lejos están de la realidad, pero lo peor es que en todos estos años de ser parásitos de la sociedad no han entendido cómo funciona la cosa: lo que se debe hacer antes que nada es llegar al poder y para ello se debe construir el mejor camino posible dentro de lo legal, sea este el que sea, a veces dejando de lado eso tan volátil que llamamos “ideología” porque la verdad es que ninguno de ellos la tiene. Lilita hace tiempo que eligió privilegiar la salida del Justicialismo del poder por sobre todo lo demás, y sabe que esta es la única manera. Se va a tapar la nariz para conseguirlo y además renuncia – en un hecho inédito- a su ego para dejarle las luces a Mauricio Macri. Solanas podrá llamar con despecho “traidora” a su ex compañera de boleta, pero lo único que hace es confirmar dos cosas muy graves: que es un mal agradecido, pues no sería Senador sin el espaldarazo que le dio ella en los recientes sufragios y que, con tipos como él, nuestro país jamás va a llegar a ninguna parte.

Pero ante un panorama despejado, nunca falta el boludo útil, el que ayuda al gobierno tratando de mostrarse como un estandarte de la honestidad en el peor de los momentos. Antes de que Viviana Fein llamase ayer a Jaime Stiusso a declarar, Gustavo Vera – Diputado por el FA-UNEN y director de la ONG La Alameda- presentó sonriente junto a Solanas una denuncia por enriquecimiento ilícito contra el ex espía de la S.I. Podrá ser cierto o no, pero lo único que consigue es darle más elementos al gobierno para que continúe su ataque sin pruebas (y con todas las probabilidades de que sea el nuevo perejil) contra su antiguo empleado. No se trata de defender a un personaje muy oscuro que se encuentra en Inteligencia desde 1971 y que ha sido utilizado con fines persecutorios por todos los gobiernos desde allí en adelante. Pero justamente en este caso, no parece ser el responsable pues su relación con Nisman era muy estrecha. Desde que Néstor Kirchner se lo plantó al difunto Fiscal en 2005, pasaron de una relación gélida a una muy buena en la que el ida y vuelta era permanente. Algo lógico tras 10 años de cooperación en cualquier área laboral. Mi sospecha sin evidencias pero con fundamentos es que Stiusso, tras ser borrado de un plumazo de la S.I por la Presidenta, se puso en contacto con su amigo para avisarle que ahora iban por él. Como mínimo trató de cuidarle la espalda y, seamos sinceros, si había alguien que podía tener el dato sobre su posible asesinato era él. Más allá de esta teoría personal, la oportunidad no es una de las grandes cualidades de los opositores pero esta vez falló justamente uno que venía volando bastante bajo. Se sabe de su cercanía con el Papa Francisco, que no se ha pronunciado acerca de la muerte de Nisman pero sí ha asesorado a Cristina para elegir al sucesor de Zaffaroni en la Corte Suprema y ahora le tira este salvavidas. Que esta denuncia llegue justo ahora – cuando la administración nacional se encuentra acorralada y sin casi ninguna salida- no creo que sea una casualidad, y más si a medida que pasan las horas van surgiendo nuevos datos. Vera dijo saber que Stiusso espiaba a Bergoglio cuando este era Cardenal, por lo que nos vemos arrastrados hacia la pregunta más obvia: si tenía las certezas y las pruebas ¿Por qué no fue antes, digamos hace 3 o 4 años, contra el espía? ¿Por qué ahora, cuando más le conviene al gobierno verlo demonizado en todos los medios de comunicación? Mal no estaría que el señor Vera responda en la brevedad estos interrogantes, pues son en extremo urgentes.

A todo esto, Cristina Kirchner se encuentra de gira en China para  “conseguir inversiones”, es decir para dejar en claro que por el Swap ella es capaz de entregarles todas las provincias del país. Pongámoslo en otras palabras: viajó para confirmar que puede caminar sin problemas, que ama que la reciban como una Reina en países donde gobiernan dictaduras opresivas y que la entrega del país a los asiáticos es una realidad. Mientras se hacía oficial que toda empresa china que busque adjudicarse una obra no deberá pasar por una licitación – ergo, un trato preferencial cuyas razones no son claras-, la Mandataria de la Argentina se encargó de bromear por Twitter con la forma en la que los racistas suponen que los hombres y mujeres de la China hablan español. Por suerte para ella y la misión que se encuentra allí, Xi Jingping no se va a ofender demasiado pues nos sabe regalados. Los grandes portales de noticias del mundo volvieron a colocar a CFK en primera plana, algo que se viene repitiendo desde el 18 de Enero hasta el día de hoy, y que no es precisamente un elogio. Con esta nueva distracción en marcha, el operativo para dar por cerrada la Causa Nisman ha comenzado. Lo que se viene es un debate en soledad del kirchnerismo en el Congreso – ayer en el Senado se pasaron del ridículo pues parecía una reunión en una unidad básica, que hoy tendrá a Verbitsky como invitado de honor- y la aprobación de la ley que instaura la A.F.I. Pero eso no es todo, porque la gran estadista nacional y popular sacó su mejor conejo de la galera: un plan de renovación de electrodomésticos. Cuotas y la posibilidad de obtener descuentos entregando los aparatos viejos. Como para que quede en claro que así y todo, contra las cuerdas y al borde de una crisis institucional, nos siguen considerando más imbéciles que el plancton. Es hora de que no les demos más razones para creer esto.

El Eco

3 Apr

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El sábado 22 de marzo en Rosario un joven de tan solo 18 años llamado David Moreira fue golpeado salvajemente por unas 50 personas mientras yacía en el piso. A los tres días murió como consecuencia de las heridas que recibió en la golpiza. Los medios hablaron de un linchamiento a plena luz del día y a decir verdad este incidente tuvo todas las características necesarias para ser denominado de esa manera. La razón por la que fue atacado por los vecinos de la zona es conocida por todos nosotros: junto a un cómplice le había robado la cartera a una mujer y no logró escapar. Tan solo 4 días después, un episodio similar ocurrió en Santa Fe pero – y afortunadamente- el delincuente solo se llevó unas magulladuras en la cara y la cabeza sin que haya llegado a peligrar su vida. Ese mismo día otro asaltante fue golpeado por varias personas en Rosario tras chocar con un taxi mientras intentaban escapar de la ira de sus víctimas y de quienes rondaban la zona en ese momento. El jueves 27, y en la misma ciudad, otro muchacho (esta vez de 21 años) fue víctima de otro linchamiento luego de robarle a dos mujeres en Reconquista 1900. El sábado 29 otro carterista – de la misma edad que el anterior- fue apaleado por decenas de furiosos transeúntes tras un escape fallido. En esa misma fecha una persona contó horrorizado por Twitter que había presenciado un linchamiento en pleno barrio de Palermo. Debo admitir que este descarnado relato tuvo un gran impacto sobre mí persona más allá de no contener nada que no hubiese escuchado antes. Otro joven quiso robarle a una mujer su cartera en Charcas y Coronel Díaz y fue atrapado por más de 50 personas que lo patearon hasta desfigurarlo mientras el portero de un edificio cercano al lugar lo sostenía contra el piso, aunque al poco tiempo esta persona se lanzó encima del joven y le terminó salvando la vida. Fue un milagro que no haya muerto y tras la intervención de la Policía – unos 25 minutos después de iniciado el hecho- los principales atacantes se retiraron velozmente del lugar. Unos minutos antes quienes pasaron por la zona asistieron a un festival de gritos como: “¡Mátenlo que este mañana sale!” o “¡Dejalo que lo maten!” de parte de decenas de personas que no habían sido víctimas del delito ni nada que se le parezca. Pero esto no fue todo pues un día más tarde en General Roca, Rio Negro otra persona fue descubierta robando una casa y en su huida fue interceptada por una turba de vecinos furiosos que no dudaron en propinarle todos los golpes que estuviesen a su alcance. Hoy amanecí y en el diario me encontré con la terrible noticia de que en el día de ayer sucedieron otros 5 linchamientos en diversos puntos del país. Dos en Córdoba, uno en Rosario – que parece entregada a una espiral de violencia absoluta-, otro en La Rioja y el último en Mendoza. Estamos ante un momento de extrema gravedad, con 12 episodios en 10 días y ningún detenido por estas agresiones. Mientras tanto los políticos comienzan a echarse culpas entre sí y a pasarse la pelota sin ningún pudor. La culpa siempre es del de enfrente y nunca mía. Desde la oposición todas las voces apuntan contra el gobierno nacional. Desde este los dardos impactan en Sergio Massa, Juan Carlos Blumberg y el Poder Judicial. Los militantes kirchneristas replican el discurso del gobierno y le agregan que los violentos son quienes están en contra del gobierno con su odio y su golpismo. Los anti-kirchneristas ponen todo en la espalda de Cristina Kirchner y de todo el que apoye a su partido político pues consideran que no han hecho más que dividir a la sociedad y promover la delincuencia con los planes sociales – siendo esto último un delirio en sí mismo, claro está-. Más allá de las encendidas declaraciones, la única verdad es la realidad: todos nosotros como miembros de nuestra sociedad tenemos una porción de responsabilidad y es por ello que tenemos el deber – desde nuestro lugar y hasta donde podamos- de ayudar a desactivar una bomba que parece estar a punto de hacernos volar en mil pedazos.

Más allá de que es evidente que los linchamientos están siendo cada vez mayores en cantidad e intensidad desde este primer episodio hace tan solo 11 días, me niego a llamarlo – como hacen los medios en general- una epidemia. Creo que aún son casos aislados pero al mismo tiempo se que si no hay una solución en el corto plazo podría llegar a serlo. Muchas personas siempre creyeron que la única manera de conseguir justicia era tomándola en sus manos. No es la primera vez que escucho o que leo pedidos de muerte para quien roba y/o mata. Lo preocupante es que para muchísimos argentinos a los que hasta el momento no se les había cruzado siquiera por la cabeza la idea de matar como respuesta a un delito, la idea comienza a ser la única a considerar. Las razones por las que esto es así las veremos un poco más adelante. En un linchamiento hay dos factores que se entrecruzan: el miedo y el odio. Se puede hablar también de impotencia ante un Estado que no ejerce el monopolio legítimo de la violencia y un poder judicial paralizado en su función de castigar a quienes viven en los márgenes de la ley. Yo incluyo a la impotencia dentro de todo lo que engloba la categoría miedo, pero hablemos de ella como si fuese un tercer factor. Hay una porción de la sociedad que participaría de un episodio de este calibre por una cuestión de personalidad. A estos los llamo fascistas y son los mismos que, por ejemplo, ante el terremoto que hubo ayer en Chile le  deseaban la muerte a todos sus habitantes “por lo que hicieron en la Guerra de Malvinas”. Este tipo de gente es imposible de abordar y es una tontería creer que algún día pueden llegar a cambiar. Pero lo que noté en los recientes episodios fue una predominancia de miedo y la impotencia por sobre todo lo demás. Sin dudas que muchos de ellos alguna vez deben haber escrito o pensado que “hay que matar a todos los chorros” pero sinceramente dudo que en una situación normal lo hubiesen intentado siquiera.

El miedo es una de las sensaciones más profundas, complejas y personales del ser humano. Y más allá de ser algo 100% subjetivo es más que sabido – con lista de ejemplos incluida- que puede ser construido gradualmente si se tocan los botones correctos. Decenas de líderes políticos y de empresarios de medios en toda  nuestra historia – tanto por separado como en conjunto- han utilizado al miedo como arma principal para concretar sus fines. Basta recordar como George Bush Jr. ganó las elecciones del año 2004 utilizando como bandera y amenaza el atentado a las Torres Gemelas y su famosa “Guerra contra el Terrorismo”. Y sin ir más lejos podríamos recordar el acto que se hizo hace unos meses en la Plaza de Mayo para conmemorar los 10 años de la asunción de Néstor Kirchner como Presidente, en el que Cristina Kirchner advirtió a todos los presentes que si venía otro gobierno este les iba a “quitar lo que ganaron” en esta década y gracias al kirchnerismo. Esto contrasta de manera evidente con las recientes palabras de la Presidenta en las que pidió por la concordancia social y bregó para que no haya más violencia entre los argentinos. Más allá de que no asumió ninguna responsabilidad en la incubación de este clima caldeado – lo cual es un canto a la hipocresía, algo a lo que ya estamos acostumbrados- fue muy extraño escuchar un pedido semejante en boca de alguien que nunca concibió a la política como otra cosa que un antagonismo donde el que piensa diferente o se atreve a criticar – aún desde adentro, ergo con ánimo de corregir lo malo- es un enemigo a destruir. El kirchnerismo en sí mismo se ha construido en base a la idea del otro como enemigo y no tan solo como un contendiente dentro del mundo político que posee diferentes ideas y proyectos. Esto también lo ha trasladado a la sociedad y es en estos momentos en los que está cosechando los frutos de su siembra. He leído y escuchado hasta el hartazgo a periodistas, intelectuales y militantes del Frente Para La Victoria citar a Carl Schmitt como si se tratase de la Biblia y alabar a dos de sus más grandes fanáticos – no digo aprendices para no insultarlo al pobre Schmitt- que son Ernesto Laclau y su mujer Chantal Mouffe. Es muy lindo hablar de la política como un enfrentamiento, como una guerra civil constante, siempre y cuando sea desde afuera y sin que esto llegue a materializarse. Cuando realmente estamos en una etapa de violencia social en peligroso ascenso queda en evidencia que todas esas citas y loas no tenían ni un poco de sinceridad pues ninguno de ellos se atrevería a tomar las armas por CFK o el FPV, que en realidad no son más que sus empleadores de turno.

Ya lo han dicho todos los analistas políticos pero lo voy a repetir una vez más. El kirchnerismo tiene dos etapas claramente delimitadas y diferentes entre sí. Lo que las separa es el conflicto por la Resolución 125 que planteaba retenciones móviles de un 35% para el sector agrario. Hasta el año 2008, reinaba en nuestro país un clima de acuerdo social y político inaudito. Desde 2002/03 hasta ese año se había crecido a tasas chinas y la recuperación económica había sido astronómica. La fiesta de consumo estaba en su mejor momento y el apoyo al gobierno era mayoritario sin discusión posible para esto. Los sectores extremos de los dos lados de la mesa estaban relegados por los que apoyaban o criticaban pero de una manera más bien constructiva. Nadie se atrevía a mover un alfiler siquiera pues el miedo a que la burbuja de las commodities explotase era muy grande. El inútil e imposible de entender enfrentamiento abierto con el “campo” hizo que, nuevamente,  se disparase la construcción del miedo en nuestro país. Lo que eran insinuaciones de algún que otro loco pasaron a ser cuestiones apoyadas y promovidas directamente por el Estado. El voto “no-positivo” hizo que el kirchnerismo gire retórica y prácticamente hacia el mayor extremo posible. La pelea con Clarín escaló a niveles impensados, pues eran aliados de hierro hasta allí, y la posterior derrota en las elecciones legislativas del año 2009 hicieron que todo aquel que no tuviese las patas sobre la fuente sea considerado un acérrimo enemigo. Se instalaba un clima discursivo similar al que existió durante el Peronismo Histórico (1946-1955) pero sin las mejoras que en ese entonces hubo en la distribución de la riqueza, en las condiciones laborales y en los sectores más pobres de la sociedad. El coctail era explosivo pues no había ninguna base estable para semejante avanzada desde las palabras. Algunas medidas como la reestatización de las AFJP, el Matrimonio Igualitário y el Fútbol Para Todos lograron armar una pared momentánea – un pequeño biombo- en la que el gobierno pudo apoyar de manera esporádica su encendida retórica. Sé que siempre hubo sectores muy reaccionarios dentro del anti-kirchnerismo como también los hubo en el partido que nos gobierna hace ya 11 años. Entiendo y comparto las críticas y el repudio hacia quien dice querer matar a alguien solo por ser pobre o por tener el look del “pibe chorro” o porque cometió un delito. Eso está mal pero no hay que ignorar algo que es mucho más importante aún. Hablo del nivel de violencia con el que el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner ha decidido bañarnos desde el año 2008 en adelante y que, ayudado por los extremistas del otro lado, nos sumió en una polarización que si bien no es la misma que en Venezuela no está muy lejos de comenzar a ser – al menos en la superficie- peligrosamente similar.

Los ejemplos de la violencia que emanó y que fue convalidada por el Estado Nacional son demasiados. Antes de pasar a la enumeración vale la pena recordar que la violencia no es solamente física sino que también puede ser verbal y/o psicológica. Y que es mucho más grave que provenga de un partido gobernante antes que de ciudadanos particulares o partidos políticos que no están en el poder – lo cual, obviamente, no quita que si estos cometen un delito la ley deberá caer también sobre ellos-. Vamos ahora sí a los grandes éxitos violentos del kirchnerismo: la famosa trompada de Luis D’Elía en la Plaza de Mayo a un dirigente ruralista, festejada y recordada con mucho cariño por todos los militantes y funcionarios del FPV incluidos Néstor y Cristina Kirchner; los carteles mafiosos e incitadores de linchamiento en plena calle contra los periodistas principales del Grupo Clarín, un ejemplo de agresividad y manipulación asquerosos; las escupideras para niños con la cara de Mirtha Legrand y demás opositores, todos con la gorra militar; los infames “Juicios Éticos y Populares” conducidos por la defensora número uno de CFK, Hebe de Bonafini en la Plaza de Mayo en la que si no se mandaba a la horca a los empleados de los medios opositores era una excepción; el doble estándar en el tema Derechos Humanos que tiene su máxima expresión en la partidización de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo hoy convertidas en dos unidades básicas al servicio de lo que diga el Caudillo y que sigue en figuras como Gerardo Martínez (OUCRA y ex-Batallón 601) y Gerardo Milani (ascendido a Jefe del Ejército y con un prontuario más que sospechoso en aquellos años oscuros) que son las preferidas de nuestra Presidenta; la descalificación y ataque constante a todo quien se atreva a disentir o a opinar algo diferente a lo que ellos dicen – y aquí agrego que esta cualidad se da en ambos lados- llegando a llamar, y muy livianamente, a esas personas “genocidas” o “cómplices de la dictadura” o cualquier otra barbaridad; la idea de que el gobierno es la Patria y que todos los que no estamos de acuerdo con sus políticas somos traidores; el discurso en apoyo a los barrabravas que CFK dio mientras presentaba un plan que en teoría se estaba implementando para dejar a estos siniestros mafiosos fuera de las canchas de fútbol (y que al día de hoy no ha logrado ser efectivo, pues el problema no es ese); la masacre de Once, que aún continúa impune y por la que ningún alto funcionario del gobierno va a pagar a pesar de ser responsables – inolvidable lo de Schiavi y los militantes culpando a los pasajeros y CFK ignorando por completo el tema y mandando apoyo un año después-; la matanza de Castelar, otro choque más de una formación ferroviaria que tal como Once fue resultado directo de más de 8 años de negociados con los hermanos Cirigliano – y donde las culpas esta vez fueron para los saboteadores como el Pollo Sobrero y Pino Solanas que según D’Elía rompieron los frenos para matar a los pasajeros; la inundación de La Plata que dejó un saldo de 89 muertos que fue ignorado por el gobierno que prometió recursos para resarcir a las víctimas y nada ha llegado aún – y aquí hay que mencionar la foto trucha del Intendente Bruera, las pecheras de Unidos y Organizados y el “pongui-pongui” de Guillermo Moreno que se tradujo en 35 millones de pesos donados por diversos empresarios que aún reposan en una cuenta fantasma-; y la lista puede seguir pero voy a poner un punto y aparte aquí para no aburrir con tanto hecho que todos ya conocemos en profundidad.

Desde este quiebre en su retórica, el progresismo se adhirió por completo a cada una de las pronunciaciones y medidas del gobierno nacional. Comenzaron a denominar a todos los demás “golpistas” y a defender sin cuartel – y con mucha imaginación, porque inventaron cada enemigo invisible…- al poder de turno de una manera descarada y sin escrúpulo alguno. Pero esto no habría sido un hecho mayor si del otro lado de la sociedad no hubiese encontrado el eco que tanto estaba buscando. La respuesta fue más que inmediata y los sectores más conservadores dentro de los que se oponían a la administración de CFK tuvieron su ansiado renacimiento. Hacia tiempo que estaban en silencio y relegados, pero fue este gobierno el que les dio la chance de volver al centro del escenario social y político. El extremismo había ganado la pelea en ambos lados de la contienda y la voz de aquellos que no buscaban un enfrentamiento sino una sana convivencia – con discusiones y oposiciones, claro está- quedó sepultada no seis sino veinticuatro metros bajo tierra. No dudaron ni por un segundo en llevarnos hacia un clima extremadamente bélico, hacia una tensión que se hizo tan grande que  daba la sensación de que ante cualquier chispa podía reventar por los cielos. Ahora que toda esta situación llegó a su límite, ahora que la soga no se puede tensar ni un poco más sin que se corte, todos los periodistas e intelectuales del gobierno decidieron lavarse las manos y culpar de todo a Sergio Massa y a Juan Carlos Blumberg. Al tigrense lo culpan de haber generado – y en menos de 8 meses- este clima sin retorno por sus críticas al Ante-proyecto de Reforma del Código Penal del cual ya hemos hablado hace unas semanas aquí en Bullshit. Dentro del combo se incluyeron las reuniones con el Ex-Alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani a quien invitó al país hace poco y también fue a ver mientras estaba en medio de su reciente gira por los Estados Unidos. Hasta Raúl Eugenio Zaffaroni tuvo un importante desliz, algo que hasta el momento no le había sucedido (al menos de una manera tan grosera), y llamó al candidato del Frente Renovador “mentiroso” y lo calificó de “vendepatria” (http://www.lanacion.com.ar/1677212-eugenio-zaffaroni-los-linchamientos-son-homicidios-calificados) por estar reunido un 24 de marzo en los EEUU con esta figura del Partido Republicano y con miembros del Tea Party. A Blumberg lo trajeron nuevamente al ruedo para criticar su eterno pedido de mano dura – siendo una nefasta figura que compite palmo a palmo en la materia con el ultra-oficialista y preferido de CFK, Alejandro “El Sheriff” Granados, una caricatura del ya de por sí caricaturesco Sheriff Joe Arpaio- y el paquete de leyes que introdujo en la reforma del Código Penal que se realizó en 2005 (las Leyes Blumberg). Aquí me detengo rápidamente pues hay que aclarar que esta reforma tan criticada desde el progresismo oficialista y opositor (es decir el UNEN, que no es más que un rejunte de ex kirchneristas deseosos de volver al seno materno y de tipos rechazados de entrada por el Frente Para La Victoria) fue impulsada y aprobada por el kirchnerismo. La excusa es que en ese momento el gobierno estaba “débil” y que se la impusieron, pero la realidad es que justamente en ese momento estaba más fuerte que nunca. Acababa de quedarse con el Partido Justicialista, había mandado a Duhalde al pozo ciego y rozaba niveles de popularidad impensados considerando la situación en la que habían asumido.

El lanzar todas las flechas en contra de estos dos personajes, con los que no simpatizo en lo absoluto, es un acto de hipocresía y de cobardía al mismo tiempo. Blumberg y Massa son dos políticos mediocres, deleznables y oportunistas, nada que no sea el resto de nuestra corrupta y mafiosa clase política. Si bien sus declaraciones pueden sumar un poco de agitación al huracán en proceso, no me cabe duda de que no son los únicos responsables por la violencia que se viene incubando desde 2007/08. Hasta podría decir que en el overall no se llevan la mayor porción de la torta de culpas. Los que antes elogiaban la actitud confrontativa del gobierno y criticaban a quienes pedían consenso y dialogo, hoy miran para otro lado. Hablan de la Presidenta como si ella siempre hubiese buscado la concordia social en cada una de sus cadenas nacionales y medidas políticas. Ocultan que ella siempre fue una mujer extremadamente resentida – como la mayoría de su generación, aunque en ella mucho no se justifica pues no tomó las armas ni se involucró mucho- y que nunca fue particularmente ideológica. Ni siquiera cuando fue Diputada y Senadora de la Nación tuvo un discurso marcadamente de izquierda o de centro-izquierda. Siempre se acomodó a como venía la corriente y junto a su difunto marido utilizó la confrontación social para llenarse de plata y poder. Y esto me deja justo en el próximo punto a considerar.

CFK dijo en la cadena nacional del lunes que la gente que está en la periferia – en verdad dijo, “que se siente en la periferia” lo cual hace a esta frase algo mucho peor- siente que la sociedad le dio la espalda. Agregó, citando un viejo discurso suyo, que si alguien llega a creer que su vida vale menos de dos pesos no se puede pretender que le de valor a la vida ajena. Sin dudas que esto es verdad – en especial lo segundo- y estaría perfecto si formase parte de los dichos de un gobernante que acaba de llegar al poder y se ha encontrado con este caos que nos toca vivir hoy día. El kirchnerismo tiene una inmensa capacidad para hablar de todo lo mal0 de sus años de gestión como si fuese una herencia del gobierno que recién les acaba de dejar las llaves de la Casa Rosada a ellos. Tras 11 años de gobierno la única certeza que nos deja el FPV es que el que menos tiene siente es que el Estado lo ha abandonado y esto prima por sobre su resentimiento contra aquellos a los que considera que les ha ido bien en la vida. Es el Estado quien debería darles una mano para comenzar a salir del pozo y no hablo de dádivas con fines electorales sino de educación y salud públicas de calidad. El kirchnerismo no ha hecho más que hundir a los pobres en su propia miseria. Les ha mejorado un poco su situación cotidiana pero nunca los sacó de su pobreza, atándolos a los planes sociales de una manera sádica. Cuando hay una gran mayoría que no tiene absolutamente nada que perder, la violencia de clase se da por descontada. No hay un Estado presente más allá de un par de planes que hace tiempo la inflación ha devorado y cuotas y créditos para que consumiendo algunos artículos electrónicos los habitantes de las periferias sientan que están incluidos en la sociedad. El kirchnerismo siempre ha medido la inclusión social – si, esa de la que se vanagloriaba CFK el otro día- en el aumento del consumo en los sectores populares. Pero esta fiesta no fue más que una burbuja que ya ha explotado dejando al descubierto la cruda verdad: los pobres e indigentes están cada día más y más excluidos y – más allá de que TODOS como sociedad tengamos gran responsabilidad en esta cuestión- no hay un gobierno dispuesto a utilizar los recursos estatales para que el ascenso social y la redistribución de la renta dejen de ser solamente una mención para ganar el aplauso en un acto. Si quieren entender que es lo que se vive en esos lugares abandonados por el Estado y por gran parte de la sociedad, les recomiendo que lean el excelente libro “Basura” de mi amigo Damián Gandlaz (@Gandlaz) cuya reseña se encuentra en este blog por si quieren ver de que se trata. El gobierno durante estos últimos 11 años ha armado un ejército gigante de personas que no tienen absolutamente nada por lo que luchar o por lo que mirar el futuro cercano con optimismo. Y voy a repetirlo: no tienen nada que perder y es por eso que son lo más peligrosos, pues no poseen una proyección de vida más allá de lo inmediato. Que les importa pegarte un tiro para robarte el celular o la campera, si saben que esa misma noche alguien puede matarlos a ellos. O no, tal vez sobreviven el mes entero, pero tampoco les interesa demasiado. El odio es imposible de contener y a todos estos factores hay que agregarle el hecho de que además de estar ausente, el Estado decidió barrerlos debajo de la alfombra manipulando las cifras del INDEC. Me da mucho asco y mucha vergüenza escuchar a la primera mandataria de mis país decir que hay menos de un 6% de pobreza y cerca de un 3% de indigencia cuando es sabido que los valores reales quintuplican esos porcentajes. Eso tiene una palabra específica que lo describe a la perfección: “Traición”. Respecto a la violencia promovida por el kirchnerismo con fines políticos y monetarios, nunca se me va a ir de la cabeza una emisión de “Bajada de Línea”, el programa de Victor Hugo Morales financiado por el gobierno, en el que el conductor – como todos sabemos un progre de manual, bien fascista- hizo una horripilante apología del delito al justificar las palabras de unos muchachos de extracto popular que decían que tenían derecho a matar a quien tuviese dinero (aunque lo hubiese ganado trabajando, es decir de manera digna y no ilegalmente) porque esa persona era la culpable de su miseria cotidiana. VHM asentía ante cada afirmación, convalidando un discurso prejuicioso y simplista que – como todo- tiene su eco, su correlato, en el otro lado de la sociedad (el insoportable – y juro que lo escuché textual así como lo transcribo-: “El pobre es un vago, un planero que quiere quedarse con mi dinero porque está celoso. Porque sabe que nunca va a ser como yo. Y este gobierno nos quiere sacar todo para dárselo a esos negros de mierda ¡Resentidos!”).

El miedo y la sensación de impunidad, de injusticia, han llevado a la toma de justicia por mano propia. No es la primera vez que sucede en nuestro país pero a decir verdad nunca antes en estos últimos 31 años había sido de semejante magnitud. Esta ecuación terrorífica no hace más que aumentar sus catastróficos resultados y, vaya paradoja, también tiene su eco en el gobierno. Es un detalle interesante el que CFK haya dicho que con la inclusión de los más pobres se va a frenar la violencia. De una manera más bien directa le está echando la culpa de todos estos sucesos recientes a los que menos tienen. A esos que ella dice defender siempre y por los que “daría todo”. Hasta aquí con lo referido al gobierno, ya que hay que hacer otra parada y esta concierne a los que participaron de los linchamientos. Es una locura pensar que se puede llegar a matar a alguien por una cartera o unas zapatillas, pero claramente hay personas dispuestas a hacerlo. El problema se da cuando quien es la víctima tiene el mismo pensamiento, pues se evidencia el poco valor que le damos a la vida en nuestra comunidad. A ver si nos entendemos: si yo quisiese ir a matar a los dos tipos que me robaron el celular a punta de cuchillo hace un año y medio, me estaría comportando exactamente como ellos. Pensaría que la vida humana vale menos o bien vale un aparato que cuesta una X cantidad de pesos (sea la que sea). Y hay una cosa en la que Zaffaroni tiene razón: un linchamiento no es ajusticiamiento sino un homicidio calificado que lleva penas de hasta 30 años de prisión. Y no tiene relevancia si la persona que es atacada cometió o no un delito. Quien decide ir por los márgenes de la ley debe pagar lo que le corresponda según cuanto se haya alejado de esta. Y ello aplica para quien mata a alguien en un asalto y como para quienes forman parte de una turba que despedaza a golpes a otra persona. Y ni que hablar si queda con secuelas físicas y/o neurológicas o si muere, tal como sucedió de manera trágica en Rosario este 25 de marzo. Me asusta ver que la mayoría de la sociedad no pide calma sino más violencia pues consideran que esa es la única manera de obtener justicia. Ya he visto exagerados afiches en la red que llaman a matar a la Presidenta pues lo consideran la única solución posible. Lo que yo desde mi lugar les pido es que no volvamos a la Edad de Piedra. Que no nos pongamos al mismo nivel de quien comete un delito – y esto sin importar sus razones- y que tratemos de parar la pelota. Han surgido casos de personas que estaban caminando tranquilamente por la calle y fueron atacados por vecinos que los confundieron con ladrones. Si esas personas, que ya hicieron la denuncia correspondiente ante la Policía, morían ¿De qué nos disfrazabamos? Ahí no iba a existir ni siquiera la particular excusa de que el ajusticiado era un criminal (http://www.minutouno.com/notas/318044-rosario-nos-confundieron-delincuentes-y-nos-dispararon-ocho-veces). Esto lo menciono para que podamos visualizar desde un costado el nivel de locura y de paranoia en el que nos estamos sumergiendo a medida que pasan los días. La clase política entera recién ahora está pidiendo que termine la violencia, algunos con mayor énfasis y otros de manera más bien tibia. Se acordaron tarde, como siempre. Esto se podría haber impedido pero ellos – TODOS- estaban más ocupados llenándose de dinero en el palacio y dejando que los demás nos conformásemos con algún que otro hueso que ellos lanzaban al suelo. Nuevamente todo está en nuestras manos y es solamente de nosotros de quienes depende que el país no entre en una oleada de muerte y sangre. Estemos a la altura de las circunstancias y nunca dejemos de pedir que a toda persona que cometa un delito la ley le caiga con todo su peso, como corresponde en el Estado de Derecho. No voy a darles un sermón con toneladas de teoría acerca del Contrato Social, pero este – aún con todas sus imperfecciones- se encuentra vigente y es lo que históricamente nos ha venido separando de los lobos con bastante éxito. No caigamos en la Guerra Civil que ellos tanto ansían para poder quedarse en el poder muchos años más. Seamos mejores.

 

 

Reforma del Código Penal, la oposición en ridículo y ¿Massa Presidente 2015?

12 Mar

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Ya todo el arco político e intelectual se ha expresado – y de manera muy contradictoria a decir verdad- al respecto de la polémica reforma del Código Penal que ha planteado el kirchnerismo. Si bien reconozco que todavía es un anteproyecto también hay que decir que a esta altura de las cosas todos sabemos que las Comisiones del Congreso de la Nación son también – como este- una escribanía del poder de turno. No hay mucho en ese sentido que las diferencie tanto del Senado como de Diputados y mucho más si para debatir un proyecto ya de entrada existe un acuerdo entre el partido gobernante y tres cuartas partes de las otras fuerzas políticas del país. Vayamos al punto: es verdad que el Código Penal vigente necesita – como mínimo- un lavado de cara. No mienten los especialistas afines y no tanto al gobierno conducido por Cristina Kirchner cuando dicen que este es una serie de parches atados con alambre. Claro que esto no significa que cualquier cosa que se proponga en su lugar deba ser aceptada por la sociedad y por los tres poderes de la Nación. En este momento, como bien señala de una manera muy sutil Horacio Verbitsky – oh sorpresa- en su columna del pasado domingo en Página 12 (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-241378-2014-03-09.html) el problema no se soluciona con una reforma por más buena que esta pudiese ser. Por donde hay que empezar es por el corrupto Sistema Penitenciario Federal pero esto significaría, además de un paso gigante hacia adelante, desmontar una enorme red de corrupción que comienza en la Policía y termina en el Poder Judicial de la que TODOS – con muy pocas excepciones dentro de la clase política que nos gobierna- quieren sacar su tajada, algo que casi siempre sucede y sin mayores sobresaltos. 

Tras haber escuchado al Doctor Zaffaroni hablar de las bondades de la sociedad sueca y de la maldad de la norteamericana, y habiendo leído sendos artículos en todos los medios defendiendo o demoliendo punto por punto al anteproyecto de reforma, puedo afirmar que la postura oficial – es decir, la progresista- es errónea. Y diciendo esto simplemente le bajo el tono a mis opiniones, ya que de entrada es un delirio comparar a nuestra población con la de los Estados Unidos o la de Suecia en todas las áreas posibles: cantidad, PBI, cultura, educación, acceso a los bienes básicos, etc. y podría seguir todo el día. Pero como este no es el propósito de este artículo, voy a retomar el hilo de lo que venía diciendo. Hay una realidad que Zaffaroni desde su esnobismo y su progresismo millonario ignora y que es esencial para entender las razones del rechazo general al nuevo Código Penal mayormente redactado por él: la de la calle. El núcleo de votantes del Frente Para La Victoria no es de izquierda o siquiera progresista como el Juez de la Corte Suprema y los muchachos de Carta Abierta se imaginan sino más bien favorable a la mano dura. El famoso “garantismo” por el que aboga la minoría dentro del kirchnerismo no es bien visto por quienes apoyaron este proyecto político durante estos casi 11 años. Basta ver como Francisco De Narváez y Sergio Massa en las elecciones legislativas de 2009 y 2013 respectivamente le quitaron muchos votos al FPV poniendo este tema como eje central. Y si quieren puedo agregar otra prueba imposible de refutar: la campaña del kirchnerismo en la Provincia de Buenos Aires del año pasado se centró en el tema de la seguridad y llegue a ver carteles propagandísticos con una amenazante foto de un grupo de Gendarmes haciendo la venia. Si, créalo o no estos políticos se hacen llamar la “izquierda nacional” y son los que repiten que “a la izquierda de Néstor y Cristina, la pared”. Pero nuevamente me estoy desviando del tema que aquí nos compete. El eje principal sobre el que se apoya Zaffaroni para defender esta reforma es la crítica a la Tolerancia Cero aplicada por el ex Alcalde de la Ciudad de Nueva York Rudolph Giuliani. Si bien las ideas y el partido político de este abogado no tienen en absoluto mi simpatía, no se puede decir que porque la comunidad neoyorquina terminó en su mayoría aplaudiendo este plan – que sin lugar a dudas convirtió a una de las ciudades más inseguras del mundo en un lugar donde se puede caminar tranquilo a cualquier hora- que la sociedad norteamericana en su totalidad quiere lo que Giuliani propuso y que lo convirtió en un exitoso político que hoy se gana los dólares dando conferencias alrededor del mundo (vino aquí hace poco y fue recibido y vivado por Sergio Massa: http://www.clarin.com/politica/Massa-recibe-Giuliani-tolerancia-delito_0_1013898680.html) y escribiendo aburridos libros acerca de sus años en la administración pública. Hay que aclarar, para despejar todas las sombras respecto a este tema, que el paquete de medidas que su gobierno aprobó y llevó adelante fue parte de un proceso que venía avanzando desde 1985. Y que detrás de la sonrisa del simpaticón Rudy estaba un señor llamado William Bratton, Jefe de la Policía de Nueva York en aquel entonces, que comenzó limpiando el Subte de la ciudad aplicando la “Teoría de las Ventanas Rotas” del Profesor James Q. Wilson, que luego traslado a todas las calles logrando en muy poco tiempo resultados impresionantes. Wilson dice que un crimen menor lleva a la larga a uno mucho mayor y que por ende hay que atacar con todo el peso de la ley al famoso “misdemeanor” (para una gran explicación lean este artículo en el blog “Impunidad”: http://impunidad.wordpress.com/about/), algo que para cualquier mortal sea del signo ideológico que fuere no puede carecer de aunque sea un mínimo de sentido. Pero más allá de toda esta información que personas como Zaffaroni eligen no proveerle a los auditorios hacia los que se dirigen, hay algo en lo que el progresismo no repara – y adrede- cuando despedaza con su compleja retórica que nunca dice nada a la Tolerancia Cero y esto es el contexto en el que fue aplicada. No voy a repetir lo que acabo de decir unas líneas más arriba, pero no es falso el hecho de que Nueva York hasta la llegada de Giuliani era un nido muy cómodo para la corrupción y el delito. Hoy las cifras se han reducido casi al mínimo y hasta una administración claramente de izquierda para los estándares de la política estadounidense como la del recién llegado Bill De Blasio va a dejar intactos los cimientos (la parte principal se fue desmantelando a medida que los índices de vandalismo y criminalidad disminuían) de algo que para el neoyorquino es propio ya y que a decir verdad en líneas generales ha dado buenos resultados. Tras la crítica a la Tolerancia Cero viene la inexplicable entronización hecha por Zaffaroni al modelo penitenciario de Suecia y no porque no sea bueno o efectivo sino por la naturaleza o la razón del elogio. Este paralelismo es aún más desquiciado e ignorante que el anterior pues la realización de un modelo semejante en nuestro país es algo mucho más lejano que una utopía. Alcanza con decir, y como para rápidamente dar por tierra con las argumentaciones del Juez progresista por excelencia de la Argentina, que la mayoría de las ideas y propuestas de alguien proclive a endurecer el Código Penal como Giuliani tendrían muchísimo eco en un sector más que importante y mayoritario de nuestra población. En Suecia los índices de delito son extremadamente bajos y continúan descendiendo a cada año. Además las cárceles son modernas y están diseñadas para reformar y acompañar al preso sin importar que delito haya cometido. Hay varios tipos de instituciones dentro del Sistema Penitenciario de Suecia y cada una corresponde a grupos de penas específicos. Para dejarlo bien en claro: hay hasta prisiones escuela. Y las reglamentaciones son muy severas tanto para la Policía como para quien comete un delito, que es visto por sobre todo como un ataque contra la moral y la sociedad. Es una acción considerada como el resultado de una inadaptación del individuo y que debe ser corregida obligatóriamente en las prisiones. Esta es otra cuestión que la progresía nacional tiende a obviar a la hora de analizar el modelo sueco, aunque voy a darles el pase libre en esta: tres cuartos de ellos no tiene la más mínima idea de como funciona el sistema penitenciario en Suecia. Por si quieren interiorizarse un poco, les dejo esta breve descripción realizada por un Juez español: http://www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/1292344049953?blobheader=application/pdf&blobheadername1=Content. Lo interesante de toda este “debate” que se armó alrededor de este anteproyecto es que la oposición casi en su totalidad (dejemos afuera a Sergio Massa y a Elisa Carrió junto a sus respectivos frentes) quedó en ridículo y evidencia a la vez ante toda la sociedad. Este hecho puede ser visto como bueno o como malo según el cristal por el que se lo mire pero lo único que hace es expresar una situación más que complicada. Si no hay recambio dentro del mismo gobierno nacional para 2015, menos lo hay dentro del rejunte conformado por quienes dicen estar en contra de Cristina Kirchner.

Primero lo primero: más allá de que no me guste en lo absoluto lo que hace, lo que dice y lo que piensa tengo que decir que Sergio Massa le ganó de mano a toda la oposición y al mismo gobierno, más allá de que haya sido un golpe previsible para ellos y que no los afectó tanto – ya vuelvo sobre esto-. Con la anulación de la reincidencia como caballito de batalla, el tigrense logró tocar la fibra del argentino promedio y dejó a toda la clase política al desnudo. Sin importar si las críticas de Massa hacia algunos puntos de la reforma tuviesen o no sentido, sus slogans y su si se quiere “viveza” hicieron que personas como Gil Laavedra (nunca entendí como se ganó su tan mentado prestigio dentro del mundillo judicial) que siempre dieron una imagen de neutralidad y democracia – otra cuestión inentendible, al menos para mí- terminasen diciendo cosas que ni el mismo Zaffaroni se hubiese atrevido a mencionar. Me divirtió leer las declaraciones de este símbolo de la muerta en vida Unión Cívica Radical en las que decía que a un reincidente “no se lo juzga por lo que hizo, sino por lo que es”. Palabras en profundidad progresistas que se tocan directamente con cualquier cosa que salga de la boca de personas como Horacio González, Edgardo Mocca o Ricardo Forster acerca del Sistema Penitenciario Federal. En todo caso, Massa nos hizo un gran favor pues demostró con pruebas fehacientes la complicidad entre los partidos más importantes del país y el gobierno nacional. Al final claro que todos terminaron diciendo que no se podía debatir un tema tan importante y complicado en este momento igual de complicado y candente que vive el país, pero no es secreto que hacía más de un año trabajaban palmo a palmo con el kirchnerismo y que este pastiche progresista es el resultado final de esa nefasta y vergonzosa colaboración. Punto y aparte para meternos de lleno en una de las aristas más importantes de esta situación.

Cristina Kirchner festejó junto a la Fiscal General de la Nación, Gils Carbó, el que la oposición haya quedado en ridículo. Todas las contradicciones internas de cada partido salieron a la luz en cuestión de horas luego del inicio de la campaña de Sergio Massa para juntar firmas en contra de la reforma del Código Penal. El gobierno jamás se planteó siquiera debatir el tema y esto que aconteció en esta semana no fue ni siquiera uno de sus típicos globos de ensayo que por lo general terminan en varios funcionarios diciendo que los medios “malinterpretaron sus dichos”. CFK ha probado ser la dirigente política más “viva” y capaz de nuestro país y no vean en esto un elogio hacia la Presidente sino una muy dura crítica hacia la apática y servil oposición que tenemos en nuestro corto menú político ¿Por qué afirmo esto con tanta convicción y seguridad? Principalmente porque además de sacar a la luz la incoherencia de sus opositores, copó el Consejo de la Magistratura con Eduardo “Wado” De Pedro como su punta de lanza. Este tema, mucho más relevante y grave que el del código, pasó por debajo del radar tal como quería la viuda de Kirchner. Así ella ha comenzado con éxito a blindarse judicialmente, es decir a asegurarse una retirada tranquila y con total impunidad. Así podrá ver como la bomba estalla en las manos de otros vendedores de ilusiones y podría – si así lo desea- volver a presentarse como candidata presidencial erigiéndose como la salvadora de un país que en sus años de gobierno fue en su pico de esplendor una fiesta de consumo y de crecimiento del PBI. Una vez más, la historia se repetiría en una espiral de fuego eterna de la que con mucha tristeza dudo que alguna vez podamos salir pero nunca voy a perder la esperanza de que esta tendencia se revierta algún día.

Segundo, la mención habitual al doble rasero kirchnerista que tiende a criticar ferozmente lo mismo que elogia cuando lo hace la Presidenta o alguno de sus funcionarios. Esta vez salieron a decir que Massa con su propuesta de una consulta popular estaba violando la constitución y realizando un acto de demagogia. También criticaron la política que se basa solo en slogans que apelan al sentido común del ciudadano medio. Agrego que no fueron solamente los partidarios del Frente Para La Victoria los que emitieron estas críticas sino que para esta ronda se sumaron varios integrantes de la UCR, el PRO, el UNEN, el FAP y otras juntadas más que pululan por el escenario político. Pero es muy particular que un kirchnerista/progresista hable en contra de la demagogia y de los slogans pues es su gobierno el que ha hecho escuela en esas dos áreas durante todos estos años en los que ha ocupado de manera legítima el poder. Sin ir más lejos, en la reciente conferencia que Zaffaroni y compañía dieron para defender este nuevo Código Penal uno se puede encontrar con un ejemplo para cada cuestión (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-241357-2014-03-08.html). La charla se realizó bajo el rótulo “Proyecto de Reforma del Código Penal ante EL PUNITIVISMO NEOLIBERAL”. Díganme que es eso sino un slogan que banaliza por completo el tema. La segunda cuestión se ve ilustrada en el testimonio de Miriam Medina, una operadora kirchnerista cuyo hijo Sebastián Bordón fue asesinado en una brutal golpiza propinada por tres policías hace 14 años. Aquí el textual: “Y dio paso a Miriam Medina, la mamá del joven asesinado Sebastián Bordón. “Luego del asesinato de mi hijo, yo no creía en nada, pero Néstor Kirchner nos hizo volver a creer, la Justicia que mira para otro lado que sepa que las madres la estamos acompañando, hay referentes de derecha que traicionaron este proyecto y hoy se creen paladines de la Justicia sosteniendo la mano dura contra nuestros pibes”, dijo, y fue aplaudida. “Hemos aprendido a leer política, y nos definimos a favor de los que menos tienen, de la Presidenta y vamos a estar para lo que falta hacer”, agregó”. Demagogia en estado puro. Lo mismo que ellos le achacan a Massa es lo que el gobierno que apoyan tan fervientemente utiliza como herramienta política de manera constante. A Massa se lo llamó oportunista y se le dijo que había ido “por izquierda” (no ideológicamente, claro está) en un tema muy sensible para crear una alarma social y tumbar al gobierno nacional. Cuando escuchaba a los habitués de 678 decir estas cosas, recordaba que cada vez que CFK le gana de mano y de “viva” a la oposición ellos festejan la ocurrencia y resaltan lo brillante que la Presidenta es. Mención de honor para la defensa del kirchnerismo hacia la Constitución Nacional que hace un año calificaban como burguesa y neoliberal pero ahora que se enteraron que prohíbe la consulta popular en casos como este, ha pasado a ser nuevamente un texto infranqueable. I rest my case. 

Y por último, pero no por ello menos importante, llegamos al tópico que más debería estar haciendo ruido en nuestras cabezas en este momento. Varias encuestas están confirmando que si la votación fuese hoy, Sergio Massa estaría ingresando en la Casa Rosada como Presidente de la Nación. Si bien todavía falta un largo trecho para Octubre de 2015, no es un dato menor que desde la irrupción del Frente Renovador a pocas semanas de las PASO, su nivel de adhesión a nivel nacional no ha dejado de crecer. Massa le está sacando casi diez puntos de ventaja a su más “serio” rival Daniel Scioli – con el que peleará por obtener el apoyo de la mayoría del Justicialismo- y muchos más al primero que asoma en el segundo pelotón que es el insulso Hermes Binner. Hasta el momento, solo el FR ha probado poseer un armado nacional y más allá de no tener el mismo porcentaje que el FPV (algo lógico debido a su corto recorrido) es el que más cerca se le colocó en las más recientes elecciones. Y ustedes dirán que es porque la mitad del Partido Justicialista se ha volcado para el lado de Massa, algo que es verdad pero que no es en absoluto justificación para la incompetencia del resto de los partidos y frentes. Todos ellos son un rejunte sin estabilidad y con muy corto alcance. Tomemos como ejemplo al PRO: es un partido que hace casi 8 años gobierna a sus anchas la Ciudad Autónoma de Buenos Aires pero que todavía no pudo lograr en ninguna elección nacional de las que participó un porcentaje mayor a un 6%. 

La posible elección de Massa como primer mandatario sería un retroceso gigante para la Argentina. Si bien ante la crisis que está en gateras cualquier gobierno va a tener que ver como la molotov estalla en sus manos y en el proceso los incendia a ellos y al país entero, el ajuste que propone el Frente Renovador no es mucho mejor que el que está llevando adelante el Frente Para La Victoria y no es exagerado decir que nos podría dejar en una zona peligrosamente cercana a la del 2001. 

El oriundo de Tigre se propone a sí mismo como otro caudillo más, como otro salvador de la Patria que llega para solucionar diez años de desastre, corrupción y pobreza. Es el nuevo San Martín que gran parte de nuestra sociedad siempre busca en cada nueva elección presidencial y al que todos los medios y empresarios opositores a la administración actual quieren colocar en el poder para poder negociar con él. Basta con leer el elogio de Joaquín Morales Solá en su columna diaria de La Nación a la “viveza peronista” de Massa para entender como funciona la ecuación. Todos los que hoy despotrican contra el peronismo son los que en su momento apoyaron a Néstor Kirchner y a Eduardo Duhalde y que les dieron la espalda cuando los negociados se terminaron. Es hora de que sepamos que jamás dejaron de estar del lado del PJ pues este partido es quien dirige la orquesta. Como sociedad tenemos que aprender a no dejarnos tocar el culo siempre, a estar alertas e intentar cambiar las cosas. Y esto no se va a lograr si no es yendo un paso más allá que votar, volver a casa y luego festejar porque hay 24 cuotas sin interés sin pensar en como eso hipoteca todos los años que seguirán a ese instante de felicidad material. El reinado del peronismo puede llegar a ser eterno y de seguro va a ser así si es que como pueblo seguimos de brazos cruzados. Hoy ya se sabe que el próximo ocupante del palacio va a ser un miembro del PJ. Por más que sea optmista y lo intente, a mi la imagen de la eterna espiral de fuego nunca se me va de la cabeza. No hay nada que me lleve a pensar que esto va a cambiar en un futuro cercano. Ojalá este equivocado… 

 

 

2015

4 Sep

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Es evidente que el gobierno busca clausurar el debate respecto a 2015. Siendo legalmente imposible lograr que Cristina Kirchner continúe en el poder al menos un mandato más – dejo aquí de lado a los iluminados que hablan de una”Cristina Eterna”- el kirchnerismo ha recurrido a una táctica que es una muletilla ya: hablar solamente del presente y del futuro inmediato. Jamás una mención al futuro y a lo que nos depara pero si una constante referencia al pasado y a los algo así como “Greatest Hits” de la autodenominada “Década Ganada”. Cualquier persona con el mínimo nivel de análisis entenderá que la retórica el gobierno nacional ha seguido este patrón con el objetivo de ocultar las enormes fallas de gestión y la corrupción galopante que aún así quedaron expuestas de la manera más cruda y dolorosa debido a la tragedia de Once. Hasta ese entonces, la imagen de la Presidenta de la Nación gozaba de excelente salud y hacía unos meses había obtenido el 54% de los votos en la elección presidencial. Pero desde allí en adelante, el llamado “modelo” explotó en las manos de sus propios creadores y todas las falencias que se venían acumulando quedaron a la vista de todos. Creo que la sociedad en su mayoría – hasta los kirchneristas no fanáticos- hizo un click en este momento y dejó solos a los partidarios y militantes del Frente Para La Victoria que radicalizaron su apoyo a Cristina Kirchner de una manera brutal. La grieta social terminó de abrirse y hoy día nos encontramos ante un país dividido en dos, no tanto por los votos (las PASO demostraron que hay una gran mayoría descontenta con el gobierno nacional) sino por el fanatismo que tanto mal nos ha hecho en nuestra historia. Ante este escenario, lo ideal es comenzar a debatir el 2015 hoy mismo. No ingresar en las redes discursivas del gobierno – y de los políticos en general, pues Sergio Massa dice exactamente lo mismo que Scioli o Insaurralde o Capitanich respecto a este tema- y permitirnos pensar a futuro al menos una vez. Abandonar el cortoplacismo, que sumado al factor miedo – en los 90′ a la hiperinflación, en estos diez años a volver al 2001- es lo que ha mantenido a esta clase política en el poder tanto tiempo, y poner la mira en las alternativas que vamos a tener cuando volvamos a asistir a las urnas dentro de dos años. El panorama luce más que complejo para el partido gobernante, pero esto no es una buena noticia en lo absoluto. No porque no desee que el Frente Para La Victoria sea derrotado, cosa que quiero, sino porque las opciones que ofrece la oposición no son mejores ni muy diferentes (es más, la mayoría formó parte del gobierno nacional de una forma u otra) y además tampoco parecen tener un armado político y territorial serio como para llegar con fuerza a Octubre.

Este Domingo pasado, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri dio tres entrevistas a los diarios Clarín, La Nación y Perfil donde dijo exactamente lo mismo. Se dedicó a fustigar al Frente UNEN y a decir que muchos votos de allí van a volver al PRO y dijo que estaba decidido que iba a ser candidato a Presidente en el año 2015. Al menos, nobleza obliga, habló sin tapujos del futuro pero lamentablemente para él – y por suerte para nosotros- su sueño no va a poder ser concretado. Si bien Macri ganó dos elecciones consecutivas en la Capital Federal, su poder allí está comenzando a corroerse con el ascenso del UNEN que superó a sus candidatos en las recientes PASO. Mirando hacia el resto del país, el panorama es aún más negro. En su haber el PRO tiene una decente y sorpresiva elección de Miguel Del Sel en el año 2011 que estuvo muy cerca de arrebatarle la gobernación a Bonfatti, el candidato del Socialismo (Binner). Pero lejos estuvo de repetir esos números en las primarias de Agosto, donde fue literalmente aplastado por el mismo Hermes Binner que le demostró que el poder en Santa Fé lo tiene su partido. Ademas no logró sacarle mucha ventaja a la lista del Frente Para La Victoria, cuyos números fueron mucho mejores de lo esperado. Su otra gran apuesta fue en Córdoba, donde logró al menos superar al kirchnerismo pero se debió conformar con un tercer puesto de la mano del ex-árbitro mundialista Hector Baldassi (para hablar de candidatos frívolos y sin experiencia, nadie mejor que el PRO). Para muchos analistas esto fue un batacazo, pero para quien les escribe fue algo normal pues el FPV no tiene hace mucho tiempo altos índices de aprobación en Córdoba. La única realidad con la que se enfrenta el PRO es la que dice que no poseen un armado nacional y que su único bastión lo están a punto de perder en manos de una coalición con menos de tres meses de ruedo. Más allá de sus expresiones de deseo Macri jamás trabajó para construir poder por fuera de la Capital Federal y siempre buscó ser el centro de todo posible acuerdo, dinamitándolos de manera casi inmediata. En todo el país su cosecha en las PASO fue menor a un 4%, dejando en evidencia todo lo dicho hasta aquí. Pero no nos deprimamos, porque es una muy buena noticia que haya decidido participar en las elecciones de 2015. Significa que él y el PRO van a ser borrados del mapa político nacional de una vez por todas. 

Hermes Binner salió segundo en las elecciones presidenciales de 2011 y si bien fue una buena performance, quedó demasiado lejos de Cristina Kirchner (más del 30% abajo). Venció sin sobresaltos a rivales como Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saa que venían con un mayor recorrido – y reconocimiento como figuras- político y también con una campaña mucho más larga sobre sus espaldas. Los militantes y políticos de su espacio, el Frente Ámplio Progresista celebraron como si hubiese sido un triunfo arrollador y comenzaron a trabajar para lograr la victoria en 2015. Pero nuevamente la realidad se les hizo presente y les demostró que el camino es tortuoso. El armado nacional está ausente, aunque el FAP formó parte de varias coaliciones o alianzas a lo largo y ancho del país obteniendo buenos resultados en las PASO. En Capital Federal tuvo que alinearse con el Frente UNEN y la mayoría de sus puntas de lanza salieron derrotadas. Ese espacio político no va a ponerse al servicio de su candidatura así como tampoco lo harán la mayoría de los demás actores asociados con el FAP, más allá de que algunos sectores del Socialismo pretendan ingresar en este. Binner se presentó como candidato a Diputado en Santa Fé y el Frente Progresista Cívico y Social arrasó sin atenuantes y dejando muy atrás a Unión PRO y al Frente Para La Victoria que quedaron segundo y tercero respectivamente. Pero este resultado no se repitió en ninguna otra provincia y nuevamente estamos frente a un conglomerado de agrupaciones y partidos que no tienen un nivel de representación serio a nivel nacional. El FPCyS puede aspirar a mantener el poder en Santa Fé y a dar algunos batacazos en alguna que otra provincia pero jamás a ganarle al Partido Justicialista en las próximas elecciones. Y más allá de formar parte de varios frentes con miras a Octubre, y de mantenerse esas uniones, nada garantiza ni indica – como ya dije- que todos sus aliados decidan ungir al médico anestesista santafesino como candidato para 2015. El mismo problema que el PRO, con la diferencia de que dentro del Frente Ámplio Progresista hay un buen número de dirigentes que son muy capaces y que serían un buen activo para cualquier gobierno. Pero repito: las ilusiones de una victoria en 2015 son solamente eso, ilusiones. Su casi 9% en todo el país es la prueba fehaciente de esto. 

Si el panorama no es lo suficientemente complicado y desolador ¿Que hay entonces para decir de la Unión Cívica Radical? Primero que a pesar de estar, como siempre, completamente dividida y destruida es el segundo partido en cuanto a organización territorial detrás del kirchnerismo. Si bien tiene algunos Gobernadores e Intendentes, la mayoría de ellos hace rato saltó la reja y pasó velozmente para las filas del FPV. El golpe del año 2001 fue algo imposible de digerir para el viejo partido, que terminó separándose del nefasto gobierno de la Alianza y operando en contra del mismo candidato que unos meses atrás habían impulsado al poder. Desde allí en adelante, las divisiones históricas dentro del partido se ahondaron aún más y no quedó ni siquiera el sello (algo de lo que el peronismo, putrefacto y mafioso como lo es hoy día, se puede al menos jactar). Su papel en las PASO sin contarlo dentro del absurdo conjunto estadístico denominado “UCR, Socialistas y Aliados” fue acorde a sus recientes participaciones electorales, apenas arañando el 6% de los votos a nivel nacional. Pero lejos de verse derrotados, no perdieron tiempo ni fe y salieron a decirle a quien quisiese escuchar que la elección había sido muy buena y que el retorno al poder era algo viable. Hasta volvieron a mencionar uno de sus grandes amores platónicos: las internas partidarias. Nuevamente es el mundo real el que interfiere con los exaltados discursos y las declamaciones a los gritos: el armado político de su partido es muy débil, pero lo peor de esto es que es el más poderoso dentro de la oposición en todo el país. La gran opción para derrotar al Justicialismo es hace años un mero ensayo de partido político que solo ha subsistido en base a acuerdos patéticos (recordar la juntada entre Alfonsín y De Narváez hace dos años) y a la memoria de algún que otro caído del catre que sigue hablando de Yrigoyen, Illia y Afonsín (padre). Hay tres candidatos que asoman por la línea del horizonte: el eterno hijo Ricardo Alfonsín, el insólitamente resucitado ex kirchnerista rabioso Julio Cobos y el amigo de Clarín Ernesto Sanz. Creo que con la sola mención de las tres alternativas de la UCR para 2015, todo está más que dicho.

El otro candidato que está mirando hacia 2015 sin escala previa en 2013 es Sergio Massa. El Intendente de Tigre en un mes armó el Frente Renovador, un rejunte – uy, que kirchnerista que estoy- de políticos, Intendentes, sindicalistas y empresarios que hace unos meses formaban parte del Frente Para La Victoria. Claro que incluyo al tigrense dentro de esta larga lista con el agravante de que formó parte del gobierno de Cristina Kirchner como director de la ANSeS (fue quien llevó a su amigo de la Ucedé Amado Boudou allí dando comienzo a su meteórico ascenso político) y como Jefe de Gabinete durante un año, siendo una de las personas más obsecuentes con su jefe que vi en mi vida. Más allá de las especulaciones acerca de su ruptura con el kirchnerismo en 2009 tras la derrota en la Provincia de Buenos Aires – con botella de champagne revoleada por Néstor Kirchner incluida-, Massa jamás dejó de formar parte del gobierno nacional algo que se vio reflejado en su indecisión para romper y presentarse por su cuenta en las PASO. El gran dato a favor que tiene, es que con un armado político en apariencia nulo y a las apuradas, logró vencer en Provincia – y con bastante margen, que se va a ampliar en dos meses- a un partido que tiene el poder hace más de 10 años y que claramente no logró encontrar un candidato razonable y con un buen nivel de reconocimiento social. Le podemos sumar que a nivel nacional y sin alianzas dejó atrás por más de un 5% al Frente Cívico Progresista y Social. Hasta aquí lo que se puede destacar, que no es poco y a la vista de cualquiera lo hace un candidato bastante potable para pelear por la presidencia. Pero si uno hila más fino se va a encontrar con varias sorpresas que nos hacen regresar al mismo lugar donde estábamos con los demás políticos hasta aquí enumerados. A saber:

1) Su ya mencionada cercanía con actores y sectores que eran parte del FPV hasta hace muy poco, lo cual indica que se mueven no por convicción o ganas de mejorar la situación del país sino de acuerdo a como sople el viento. Buscan engordar sus bolsillos con el Estado Nacional como socio y proveedor principal.

2) La evidente intención de Massa de sostener la estructura de poder vigente sin realizar ningún cambio que no sea más que superficial. Sus discursos apuntan a tocar de una manera vaga temas como la inflación y la inseguridad que preocupan a la gente y garantizan votos. Ahora, de decir como va a solucionar esos dos flagelos ni noticias. Es más, sus economistas de cabecera han planteado soluciones que empeorarían el cuadro de una manera catastrófica – más allá de que al fin y al cabo la explosión final sea algo casi inevitable a esta altura-. Otro factor importante es su incapacidad: su discurso pretende ser de “tipo común” y canchero, pero termina siendo hueco e idéntico al de políticos como Insaurralde o Scioli. Apunta al golpe de efecto, como con esa firma ante escribano público de que no apoyaría la reforma de la Constitución Nacional, generando el aplauso fácil. Otro político efectista y cortoplacista que con dádivas y show televisivo logra ocultar ante el grueso de la gente su verdadero rostro.

3) Su cercanía con el gobierno nacional lo hace más que sospechoso. Decidió después de coquetear con el “No” lanzarse a enfrentar al FPV y de entrada ya contaba con varios garrochistas en sus filas. Hoy el PJ está dividido entre Cristina y Massa, pero la realidad llega nuevamente para golpearnos: en todo el país el peronismo sacó más de 11 millones de votos y en la Provincia de Buenos Aires sumó casi 6 millones. Nunca consideré al partido de Sergio Massa como un opositor, sino más bien como una colectora kirchnerista. Su intención es sentarse en el sillón de Rivadávia con el aval del peronismo y de Cristina que, de no poder mantenerse en el poder, buscará cambiar por este su inmunidad y la de sus funcionarios y socios más comprometidos con casos de corrupción.

4) Este punto toca directamente al anterior, ya que Massa nunca respondió ninguna pregunta acerca de los recientes casos de corrupción que involucran a funcionarios de la administración nacional. Su respuesta siempre es la misma: “No hablo de nombres propios. La Justicia tiene todos los datos en sus manos y es la que decidirá”. Todos sabemos a esta altura que la política es una gran corporación y que todos sus integrantes siempre van a salir a cubrirse entre sí, pues todos están metidos en alguna u otra cuestión y no desean que su participación salga a la luz. Y mucho menos quieren perder el poder que poseen. Esto es mayor aún en el caso de alguien como Massa, que fue parte central del gobierno durante varios años y debe haber, como mínimo, visto muchas cosas de las que elige no hablar. 

5) El Frente Renovador ha logrado superar con claridad a todas las fuerzas políticas en el país menos al partido gobernante que, estando en uno de sus peores momentos, logró sacarle más de la mitad de los votos (y eso sin considerar a sus aliados, con los que el porcentaje se eleva hasta más del 30%). No es una performance del FPV para tirar papelitos y saltar de alegría, pero el gran armado nacional lo tienen ellos aún y no se los debe descartar. El FR deberá seguir creciendo en estos años, evitar consumirse como casi toda alianza opositora hasta aquí y demostrar que no es lo mismo que el gobierno. Esto último creo que a la larga no va a ser posible, ya que el bluff es demasiado claro, pero que a pesar de ello el tigrense es capaz de ganar en 2015. Nadie puede decir que no se les avisó y si bien toda queja siempre es válida más allá de haber votado o no a alguien – yo mismo voté a Cristina en 2011 -, dicen que el que avisa no traiciona. 

6) ¿Estamos dispuestos en serio a comprar nuevamente otro “matrimonio militante”? Sergio Massa y su mujer Malena Galmarini son un dúo que me generan un gran rechazo tanto juntos como por separado. Viéndolos en algunas entrevistas en programas de TV bien frívolos, me quedó más que claro que si llegan al poder pueden ser mucho más peligrosos que los Kirchner – no olvidar que el padre de Galmarini puso la estructura básica para el FR- y que buscan la misma alternancia que ellos o, como piso, igualar sus años en el poder a como de lugar. 

7) El Grupo Clarín ha decidido apoyar a Massa y atacar a todos los demás candidatos opositores – menos a Macri que sigue siendo un Plan B-. Esto no es una buena señal, pues la historia reciente nos ha demostrado que el multimedio solo quiere ver sus objetivos económicos realizados cueste lo que cueste. Puede parecer que Clarín y el gobierno de Cristina Kirchner están en una lucha ideológica, pero se trata solamente de un problema de negocios en una otrora próspera sociedad política y económica. El Gran Diario Argentino ve en Massa alguien similar a Néstor Kirchner, alguien con quien puede sentarse a negociar para recuperar sus viejos beneficios que lo convirtieron en el señor feudal del espectro mediático nacional (junto a otros pocos como el Grupo Uno de Vila y Manzano, que es socio del gobierno nacional). En fin, Clarín quiere kirchnerismo pero sin los Kirchner y está convencido de que con Massa lo va a conseguir. Y Magnetto jamás se tira a la pileta si esta no tiene mucha agua. 

Así llegamos a Daniel Scioli, el eterno candidato opositor de todos los medios no oficialistas, pero que nunca se despegó del gobierno aún en sus peores momentos. Desde que fue electo Vice-Presidente en 2003 y luego dos veces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires (2007 y 2011), Scioli ha sido blanco constante de su propio partido político. Retado en público por Néstor y Cristina innumerables veces y denominado neoliberal, imperialista, cipayo, derechista y demás por toda la militancia y funcionarios kirchneristas, nadie podía entender como continuaba inmutable en su lugar. Pero la única verdad es que Scioli nunca dejó de formar parte del Frente Para La Victoria. Más allá de los cruces y del ahogo fiscal al que lo sometieron – siendo la población de Buenos Aires la única víctima-, su único plan siempre fue algún día ser ungido como candidato para Presidente dentro del FPV. Podría decirse que tras los magros resultados del gobierno en las PASO, su sueño está a punto de cumplirse. A todo esto, una pequeña digresión: ¿Como una persona tan incapaz llegó a ocupar todos los cargos importantes del país menos el de Presidente? La respuesta está en nosotros, acá no podemos tirar la pelota afuera. Retomando, el gran problema es que el bonaerense nunca entendió que si pretendía llegar a la Casa Rosada, debía romper con Cristina Kirchner. Antes de las primarias se le presentó su última oportunidad, pero tras haber tendido puentes con Francisco De Narváez y haber coqueteado con Sergio Massa eligió no solo quedarse a apoyar al FPV sino que se cargó la campaña al hombro junto a la Presidenta y radicalizó completamente su discurso llegando a los mismos niveles que el de Carlos Kunkel o Diana Conti. En el medio de su burda impostación, que sigue sosteniendo, Daniel Scioli perdió absolutamente todo. Si bien tiene a los Gobernadores e Intendentes de nuevo dándole su apoyo y volvió a recibir el beneplácito de Cristina, que en pocos días cambió su postura respecto a él completamente, a lo máximo que puede aspirar para 2015 es a que el Partido Justicialista lo elija como contendiente de Massa en una interna de la que es casi seguro que saldría ámpliamente derrotado. El PJ puede decir que sigue alineado detrás de la figura de Cristina, pero la garrocha ha sido utilizada por más de la mitad del partido y por muchos integrantes del mismo Frente Para La Victoria que han encontrado en Massa su nuevo redentor, arrastrando a Daniel Scioli al fondo del mar. 

Es indiscutible que Cristina Fernandez de Kirchner continúa marcando la agenda política y tiene todavía en sus manos la mayoría de las palancas del poder. No se debe a su brillantez o a su buena gestión sino al sector del aparato peronista que todavía la respalda, a su debilitada pero aún en funcionamiento maquinaria de poder construida en base a las diversas cajas estatales y a la total irrelevancia de la oposición que alternó entre el papelón y el constante acuerdo con el gobierno tanto en el país como en las provincias y municipios. Hace tiempo que hay un discurso unificado que repite que el fin de ciclo está cerca, algo que aún no se ha concretado. Si bien legalmente el gobierno nacional ya no puede forzar siquiera un debate en el Congreso acerca de una posible reforma constitucional que haga realidad el sueño de Diana Conti, esto no significa que este muerto ni que no vaya a dar pelea. Un plebiscito de gestión el año que viene o una consulta popular para reformar la Constitución serían un suicidio que los obligaría a dejar el país de una manera más vergonzosa que Fernando De La Rúa. Descartadas ambas opciones, es mi opinión que el tono que vaya a tomar la pelea por la continuidad de Cristina depende de cuan grave sea la derrota el 27 de Octubre. Si la diferencia se amplía y llega a los casi 10 puntos porcentuales que estiman todas las encuestas (cosa que tampoco asegura nada), es muy probable que los límites de la Constitución Nacional sean abandonados definitivamente y comience una lucha encarnizada por mantener el poder donde la sociedad nuevamente va a ser la única damnificada. Si bien esto es una conjetura, hay varias señales – como el nombramiento de Milani al frente del Ejército y la cantidad de Gendarmes enviados a las fronteras del país, por ejemplo- que desembocan en esta grave y dolorosa situación. Y una oposición como la nuestra solamente agravaría el cuadro, dejando a la ciudadanía completamente huérfana de representantes y a merced de una clase política parasitaria y sin escrúpulos (algo que viene sucediendo hace décadas pero sin ningún golpe institucional de por medio).

El camino a 2015 es largo y no luce esperanzador. Justamente por ello es que debemos comenzar a hablar ahora mismo de este tema y de una vez entender que el poder, más allá de que no nos dimos cuenta aún, lo tenemos nosotros. Si nos sinceramos como sociedad, admitimos nuestros errores y dejamos de darle el poder siempre a las mismas personas, tal vez el cambio esté más cerca de lo que creíamos. Pero mientras todo siga igual, la realidad va a seguir saliendo a darnos golpes. Y lo peor es que en toda nuestra historia, jamás se ha cansado de hacerlo. 

Las PASO: La derrota innegable del kirchnerismo y algunas otras cosas…

13 Aug

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Con los resultados definitivos de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en la mano, hay varias cuestiones que han quedado sobre el tapete. Cada una de ellas merece ser atendida y entre todas logran dar un cuadro general de la situación en la que se encuentran las fuerzas políticas del país de cara a las elecciones del 27 de Octubre.

Primero comencemos diciendo que esta elección es una primaria, más allá de que solo un partido o frente (el Frente UNEN en este caso) se haya atenido a la ley y haya realizado elecciones internas como debe ser. Los porcentajes definitivos se verán recién en dos meses, pero con este primer ensayo hay varias fuerzas que encontraron su piso aunque también hay muchas otras – la mayoría- que llegaron a su techo. Otro factor a tener en cuenta es que al ser una elección legislativa, la comparación con las presidenciales de 2011 – una constante en todos los medios de cualquier índole- no es del todo precisa aunque sin dudas sirve para demostrar de una manera contundente el cambio de opinión a nivel nacional con respecto al Frente Para La Victoria en tan solo dos años. Aún así, creo que hay que tener cuidado con esta analogía pues en 2009 se dio la situación inversa: el descontento de las legislativas no se reflejó dos años después en las presidenciales cuando Cristina Kirchner arrasó con todos sus rivales con un 54% que nos sorprendió a todos, incluida ella misma. Hace mucho tiempo que se vaticina un fin de ciclo para el kirchnerismo, pero de una manera u otra este ha logrado sobrevivir a casi todos los golpes que recibió. Es importante recalcar que la mayoría de estos fueron por errores propios o por casos de corrupción que involucran a sus funcionarios (desde el caso Ciccone hasta el asesinato de Once). Pero ese famoso “fin de ciclo”, más allá de que sea innegable el hecho de que cada día está más cerca, no ha llegado todavía. Dudo que el kirchnerismo caiga sin dar pelea, y no estoy hablando de una batalla que se vaya a regir por los límites de la Constitución Nacional precisamente.

La derrota del Frente Para La Victoria a nivel nacional es algo imposible de negar. Más allá del discurso triunfalista, negador de lo que acababa de suceder y cargado de resentimiento y advertencias contra toda persona que no haya votado a los candidatos del gobierno nacional que dió Cristina Kirchner ayer, la realidad está allí para que todos le demos una ojeada. Números son números, y en la mayoría del país los votantes le han dado nuevamente la espalda al FPV. No sorprende que este haya perdido en Capital Federal, en la Provincia de Buenos Aires y en las principales provincias del país – aunque se debe recalcar que le fue mucho peor que en 2009- sino que lo haya hecho en varios de sus feudos característicos como Jujuy, La Rioja o San Juan. Ni que hablar de sus magros resultados en el Sur del país donde solamente pudo vencer en Río Negro. Otra señal de la debacle es el que en las demás provincias donde generalmente saca porcentajes soviéticos haya bajado considerablemente su performance, redondeando en general una pésima elección donde más del 65% del país voto en su contra. Página 12 y Tiempo Argentino titularon con las palabras de Florencio Randazzo y de la Presidenta: repitieron que el gobierno sigue siendo la mayoría nacional tras 10 años de estadía en el poder y que solo ellos presentaron candidatos en todas las provincias. Se olvidaron agregar que esto es algo más bien lógico y que si no pueden presentarse en todas las regiones del país tras tanto tiempo de acumular poder es que no merecen estar donde están. Y también obviaron que un 27% a nivel nacional esta muy cerca del mínimo histórico y que entre la UCR, el Socialismo y sus aliados – con mucha menos representación- llegaron a un 24% de votos a nivel nacional, apenas unos puntos porcentuales por debajo del FPV. Decir que los demás frentes o partidos no tienen unidad es una excusa bastante débil y no resiste el menor análisis. Como ya dije, Cristina habló ayer tras la derrota y nuevamente entregó un cúmulo de lugares comunes sazonados con relato mágico y loas a Néstor Kirchner (lo llamó “el hombre que le cambió la vida a los argentinos”). No hay mejor imagen de lo que fueron estas PASO para el kirchnerismo que ver en el Hotel Intercontinental a los candidatos, funcionarios y militantes del gobierno festejar a los saltos y gritos una de sus peores derrotas en estos 10 años de gobierno.

Esto me lleva al lugar donde se deben apuntar los dedos dentro del FPV. Esta claro que nadie lo va a decir o siquiera insinuar, pero la gran responsable de esta derrota es ni más ni menos que Cristina Kirchner. Ella eligió nacionalizar la elección – algo que la mayoría de los Intendentes del Conurbano le rogaban que no hiciese- y se puso al frente de la campaña dejando a sus candidatos en un segundo o tercer plano. A Martín Insaurralde y a Juliana Di Tullio se les escuchó poco y nada la voz durante la campaña, algo que a la larga les jugó en contra. Sin dudas que la imagen de la Presidenta ayudó a levantar un poco el piso inicial de su lista pero la idea de un “empate técnico” con el Frente Renovador de Sergio Massa comenzó a quedar más y más lejos a medida que se acercaba la fecha de elecciones. Daniel Scioli también carga sobre sus ya vapuleados hombros la culpa de esta dolorosa derrota, porque decidió no romper con el kirchnerismo y atar sus sueños presidencialistas a que Insaurralde perdiese solo por uno o dos puntos algo que finalmente no sucedió. En 2009 Néstor Kirchner le echó la culpa a Massa por la derrota en la Provincia de Buenos Aires. Hoy Cristina no puede ni siquiera hacer eso, porque la campaña del tigrense – aquí rival y no aliado como en aquel entonces- fue realmente mala y le restó bastantes votos en este último mes. Las culpas las van a cargar los Intendentes de los distritos donde el FPV haya perdido o disminuido en grandes cantidades su caudal de votos, algo que no se adapta a la realidad pues no es por eso que se perdió. Pero los fondos públicos dejarán de llegar y nuevamente la gente va a ser rehén de una pelea política que no los involucra en lo absoluto. Si la Presidenta es incapaz de aceptar una derrota y lo único que hace es advertirnos a todos que más allá de los votos ella es la que tiene el poder, es imposible pedirle que reconozca que la derrota es solamente suya pues ella eligió ponerse por sobre sus candidatos.

Lo que millones de argentinos ven es que el Frente Para La Victoria cayó derrotado por el Frente Renovador en el GBA. Yo nunca consideré a Sergio Massa como un opositor al gobierno, menos aún desde que lanzó su candidatura. Siempre dije a quien quisiese escuchar que el Frente Renovador es una colectora del kirchnerismo y que con el juego de polarización que ambos llevaron a cabo durante este mes, se han ganado casi el 60% de los votos del Conurbano Bonaerense. Massa no es garantía de nada más que continuidad de los lineamientos de Cristina Kirchner pero con maquillaje y un discurso similar al del PRO, algo de lo que el gobierno nacional con su “Elegir el amor al odio” ya está demasiado cerca. Empezando por sus listas plagadas de políticos que en su mayoría eran kirchneristas hasta ayer, el Frente Renovador es el kirchnerismo edulcorado y ha logrado embaucar de nuevo a miles y miles de personas. Su aspiración es ser candidato a Presidente en 2015 con el FPV para así poder cambiar su acceso al poder por impunidad para los miembros de la administración actual. No hay que olvidarse que Massa fue director de la ANSeS y que él llevó a su amigo Amado Boudou allí cuando asumió como Jefe de Gabinete en el año 2008. Pocas veces se vio a un obsecuente como el de Tigre en un cargo público y también fuera de él, ya que hasta hace un mes era otro Intendente oficialista. Otro dato a remarcar es que jamás se pronunció sobre ningún funcionario ni sobre ninguna de las graves acusaciones de corrupción que tiene el gobierno en su contra. Tampoco criticó ninguna medida reciente – digamos para ser buenos de 2009 hasta hoy- y se limitó a enunciar tibias palabras en contra de la inseguridad, la inflación y la reforma constitucional. Tres cuestiones que sin una propuesta concreta que las acompañe terminan cayendo en una gran generalidad que no va más allá de una charla de café entre dos vecinos comunes de Buenos Aires. Massa ya ha expresado de manera clara sus pretensiones para 2015 y para ellos cuenta con el apoyo de los grandes medios opositores, en especial del diario Clarín. Y no se trata solo de que prefieren a cualquiera que logre vencer al kirchnerismo sino de sus intereses económicos. Clarín siempre buscó acordar con el poder de turno y tiene enfrente a un político sin ideología ni fuerza que es muy probable que, de sentarse en el sillón de Rivadávia, termine por llegar a un jugoso arreglo con “El Gran Diario Argentino” para obtener su apoyo. Recordemos que esto fue lo que hicieron Néstor y Cristina Kirchner desde 2003 a 2009 cuando se disolvió su sociedad debido a problemas con la adjudicación del Triple Play – aunque Néstor si le había dado a Clarín 10 años de prórroga de licencias y la fusión entre Cablevisión y Multicanal durante su gobierno-. La supuesta subida de tono de la campaña del tigrense en estas últimas dos semanas de la que tanto se hicieron eco los medios tanto oficialistas como opositores – ambos buscaron polarizar la elección para borrar a todos los demás candidatos, juego que dió resultado pues Stolbizer y De Narváez quedaron fuera del mapa- es la prueba de los intereses que tienen en juego en esta carrera hacia 2015. 

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el PRO realizó una elección normal y el FPV tuvo un desempeño muy pobre más allá de haber aumentado bastante el porcentaje de 2009. Gabriela Michetti y Sergio Bergman quedaron primeros en Senadores y Diputados respectivamente secundados por Daniel Filmus y Juan Cabandié. La diferencia de 10 puntos porcentuales aproximadamente en cada caso habla por sí sola. En el tercer lugar quedaron Pino Solanas y Elisa Carrió, los candidatos del Frente UNEN que fue el único que realizó primarias en una elección que hasta aquí solo le servía a los partidos para hacer control de daños unos meses antes de Octubre. Así, la lista definitiva para Octubre va a ser armada según el voto de la gente y no a dedo que es como se deciden todas las de las demás fuerzas políticas en la contienda. Esto ya les da un plus importante, púes los sitúa – en un sistema corrupto y destruido por la clase política- por sobre la media a la que estamos habituados convirtiéndolos en un muy bienvenido soplo de aire fresco. Sin dudas que no me gustaban muchos de los candidatos que se presentaron para la interna, pero me pareció un ejercicio muy sano y democrático que debería servir de lección para los demás políticos. Puede haber diferencias y debate encarnizado, pero no por ello se debe tildar al otro de enemigo ni dejar de trabajar en conjunto. Pero lo que hizo al Frente UNEN la estrella de estas elecciones fue el hecho de haber sacado en total la mayor cantidad de votos tanto en Diputados como en Senadores. Elisa Carrió – superando sus razonables números de 2009 y sus paupérrimos resultados de 2011-  ganó cómodamente y quedó solamente con el resultado de la interna a pocos puntos de Juan Cabandié que encontró su techo aquí. Los Diputados del UNEN superaron el casi 32% de Gabriela Michetti dejando en claro que la CABA de a poco comienza a dejar de ser el feudo de Mauricio Macri. Pino Solanas venció con mayor dificultad en la interna y quedó lejos de Daniel Filmus, pero el Frente superó por mucho los votos de Sergio Bergman. De mantenerse todo así, y aún con las migraciones lógicas de algunos votos del UNEN hacia el PRO, FPV u otras opciones, el panorama para Octubre coloca a la lista de UNEN peleando cabeza a cabeza el primer lugar con el PRO y al Frente Para La Victoria relegado a un cómodo tercer lugar. El desafío del UNEN es mantener la unidad mirando hacia el gran premio, algo que en mi opinión logrará sin problemas más allá de los rencores de los perdedores (siendo Victoria Donda y Alfonso Prat-Gay los grandes exponentes de esto con sus pésimas declaraciones de ayer). La lista definitiva ya ha quedado configurada y ahora solo queda esperar. Sería una muy buena noticia que el camino recorrido por este frente de sus frutos y logre limpiar un poco el aire que se respira en la política nacional. 

Las PASO nos han dejado una derrota muy dura para el Frente Para La Victoria – aunque como se ve, hay varias lecturas posibles-, el surgimiento de dos candidatos (Massa e Insaurralde) que solamente dijeron generalidades en programas frívolos de televisión, el comienzo del ocaso del PRO en la Capital Federal y un experimento interesante como el Frente UNEN. Veremos que nos deparan estos dos meses y si algo cambia de aquí a Octubre o si todo sigue su irremediable y habitual curso. Hace muchos años un brillante historiador dijo de manera acertada que desde 1955, el país se encuentra sumido en un círculo de fuego interminable. El ciclo se repite sin cesar, las llamas se avivan cada vez más y nos consumen nuevamente. Aunque parezca mentira creo que aún no hemos dado señales de haber podido siquiera darnos cuenta de esto. Tarea para el hogar entonces…