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2015

4 Sep

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Es evidente que el gobierno busca clausurar el debate respecto a 2015. Siendo legalmente imposible lograr que Cristina Kirchner continúe en el poder al menos un mandato más – dejo aquí de lado a los iluminados que hablan de una”Cristina Eterna”- el kirchnerismo ha recurrido a una táctica que es una muletilla ya: hablar solamente del presente y del futuro inmediato. Jamás una mención al futuro y a lo que nos depara pero si una constante referencia al pasado y a los algo así como “Greatest Hits” de la autodenominada “Década Ganada”. Cualquier persona con el mínimo nivel de análisis entenderá que la retórica el gobierno nacional ha seguido este patrón con el objetivo de ocultar las enormes fallas de gestión y la corrupción galopante que aún así quedaron expuestas de la manera más cruda y dolorosa debido a la tragedia de Once. Hasta ese entonces, la imagen de la Presidenta de la Nación gozaba de excelente salud y hacía unos meses había obtenido el 54% de los votos en la elección presidencial. Pero desde allí en adelante, el llamado “modelo” explotó en las manos de sus propios creadores y todas las falencias que se venían acumulando quedaron a la vista de todos. Creo que la sociedad en su mayoría – hasta los kirchneristas no fanáticos- hizo un click en este momento y dejó solos a los partidarios y militantes del Frente Para La Victoria que radicalizaron su apoyo a Cristina Kirchner de una manera brutal. La grieta social terminó de abrirse y hoy día nos encontramos ante un país dividido en dos, no tanto por los votos (las PASO demostraron que hay una gran mayoría descontenta con el gobierno nacional) sino por el fanatismo que tanto mal nos ha hecho en nuestra historia. Ante este escenario, lo ideal es comenzar a debatir el 2015 hoy mismo. No ingresar en las redes discursivas del gobierno – y de los políticos en general, pues Sergio Massa dice exactamente lo mismo que Scioli o Insaurralde o Capitanich respecto a este tema- y permitirnos pensar a futuro al menos una vez. Abandonar el cortoplacismo, que sumado al factor miedo – en los 90′ a la hiperinflación, en estos diez años a volver al 2001- es lo que ha mantenido a esta clase política en el poder tanto tiempo, y poner la mira en las alternativas que vamos a tener cuando volvamos a asistir a las urnas dentro de dos años. El panorama luce más que complejo para el partido gobernante, pero esto no es una buena noticia en lo absoluto. No porque no desee que el Frente Para La Victoria sea derrotado, cosa que quiero, sino porque las opciones que ofrece la oposición no son mejores ni muy diferentes (es más, la mayoría formó parte del gobierno nacional de una forma u otra) y además tampoco parecen tener un armado político y territorial serio como para llegar con fuerza a Octubre.

Este Domingo pasado, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri dio tres entrevistas a los diarios Clarín, La Nación y Perfil donde dijo exactamente lo mismo. Se dedicó a fustigar al Frente UNEN y a decir que muchos votos de allí van a volver al PRO y dijo que estaba decidido que iba a ser candidato a Presidente en el año 2015. Al menos, nobleza obliga, habló sin tapujos del futuro pero lamentablemente para él – y por suerte para nosotros- su sueño no va a poder ser concretado. Si bien Macri ganó dos elecciones consecutivas en la Capital Federal, su poder allí está comenzando a corroerse con el ascenso del UNEN que superó a sus candidatos en las recientes PASO. Mirando hacia el resto del país, el panorama es aún más negro. En su haber el PRO tiene una decente y sorpresiva elección de Miguel Del Sel en el año 2011 que estuvo muy cerca de arrebatarle la gobernación a Bonfatti, el candidato del Socialismo (Binner). Pero lejos estuvo de repetir esos números en las primarias de Agosto, donde fue literalmente aplastado por el mismo Hermes Binner que le demostró que el poder en Santa Fé lo tiene su partido. Ademas no logró sacarle mucha ventaja a la lista del Frente Para La Victoria, cuyos números fueron mucho mejores de lo esperado. Su otra gran apuesta fue en Córdoba, donde logró al menos superar al kirchnerismo pero se debió conformar con un tercer puesto de la mano del ex-árbitro mundialista Hector Baldassi (para hablar de candidatos frívolos y sin experiencia, nadie mejor que el PRO). Para muchos analistas esto fue un batacazo, pero para quien les escribe fue algo normal pues el FPV no tiene hace mucho tiempo altos índices de aprobación en Córdoba. La única realidad con la que se enfrenta el PRO es la que dice que no poseen un armado nacional y que su único bastión lo están a punto de perder en manos de una coalición con menos de tres meses de ruedo. Más allá de sus expresiones de deseo Macri jamás trabajó para construir poder por fuera de la Capital Federal y siempre buscó ser el centro de todo posible acuerdo, dinamitándolos de manera casi inmediata. En todo el país su cosecha en las PASO fue menor a un 4%, dejando en evidencia todo lo dicho hasta aquí. Pero no nos deprimamos, porque es una muy buena noticia que haya decidido participar en las elecciones de 2015. Significa que él y el PRO van a ser borrados del mapa político nacional de una vez por todas. 

Hermes Binner salió segundo en las elecciones presidenciales de 2011 y si bien fue una buena performance, quedó demasiado lejos de Cristina Kirchner (más del 30% abajo). Venció sin sobresaltos a rivales como Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saa que venían con un mayor recorrido – y reconocimiento como figuras- político y también con una campaña mucho más larga sobre sus espaldas. Los militantes y políticos de su espacio, el Frente Ámplio Progresista celebraron como si hubiese sido un triunfo arrollador y comenzaron a trabajar para lograr la victoria en 2015. Pero nuevamente la realidad se les hizo presente y les demostró que el camino es tortuoso. El armado nacional está ausente, aunque el FAP formó parte de varias coaliciones o alianzas a lo largo y ancho del país obteniendo buenos resultados en las PASO. En Capital Federal tuvo que alinearse con el Frente UNEN y la mayoría de sus puntas de lanza salieron derrotadas. Ese espacio político no va a ponerse al servicio de su candidatura así como tampoco lo harán la mayoría de los demás actores asociados con el FAP, más allá de que algunos sectores del Socialismo pretendan ingresar en este. Binner se presentó como candidato a Diputado en Santa Fé y el Frente Progresista Cívico y Social arrasó sin atenuantes y dejando muy atrás a Unión PRO y al Frente Para La Victoria que quedaron segundo y tercero respectivamente. Pero este resultado no se repitió en ninguna otra provincia y nuevamente estamos frente a un conglomerado de agrupaciones y partidos que no tienen un nivel de representación serio a nivel nacional. El FPCyS puede aspirar a mantener el poder en Santa Fé y a dar algunos batacazos en alguna que otra provincia pero jamás a ganarle al Partido Justicialista en las próximas elecciones. Y más allá de formar parte de varios frentes con miras a Octubre, y de mantenerse esas uniones, nada garantiza ni indica – como ya dije- que todos sus aliados decidan ungir al médico anestesista santafesino como candidato para 2015. El mismo problema que el PRO, con la diferencia de que dentro del Frente Ámplio Progresista hay un buen número de dirigentes que son muy capaces y que serían un buen activo para cualquier gobierno. Pero repito: las ilusiones de una victoria en 2015 son solamente eso, ilusiones. Su casi 9% en todo el país es la prueba fehaciente de esto. 

Si el panorama no es lo suficientemente complicado y desolador ¿Que hay entonces para decir de la Unión Cívica Radical? Primero que a pesar de estar, como siempre, completamente dividida y destruida es el segundo partido en cuanto a organización territorial detrás del kirchnerismo. Si bien tiene algunos Gobernadores e Intendentes, la mayoría de ellos hace rato saltó la reja y pasó velozmente para las filas del FPV. El golpe del año 2001 fue algo imposible de digerir para el viejo partido, que terminó separándose del nefasto gobierno de la Alianza y operando en contra del mismo candidato que unos meses atrás habían impulsado al poder. Desde allí en adelante, las divisiones históricas dentro del partido se ahondaron aún más y no quedó ni siquiera el sello (algo de lo que el peronismo, putrefacto y mafioso como lo es hoy día, se puede al menos jactar). Su papel en las PASO sin contarlo dentro del absurdo conjunto estadístico denominado “UCR, Socialistas y Aliados” fue acorde a sus recientes participaciones electorales, apenas arañando el 6% de los votos a nivel nacional. Pero lejos de verse derrotados, no perdieron tiempo ni fe y salieron a decirle a quien quisiese escuchar que la elección había sido muy buena y que el retorno al poder era algo viable. Hasta volvieron a mencionar uno de sus grandes amores platónicos: las internas partidarias. Nuevamente es el mundo real el que interfiere con los exaltados discursos y las declamaciones a los gritos: el armado político de su partido es muy débil, pero lo peor de esto es que es el más poderoso dentro de la oposición en todo el país. La gran opción para derrotar al Justicialismo es hace años un mero ensayo de partido político que solo ha subsistido en base a acuerdos patéticos (recordar la juntada entre Alfonsín y De Narváez hace dos años) y a la memoria de algún que otro caído del catre que sigue hablando de Yrigoyen, Illia y Afonsín (padre). Hay tres candidatos que asoman por la línea del horizonte: el eterno hijo Ricardo Alfonsín, el insólitamente resucitado ex kirchnerista rabioso Julio Cobos y el amigo de Clarín Ernesto Sanz. Creo que con la sola mención de las tres alternativas de la UCR para 2015, todo está más que dicho.

El otro candidato que está mirando hacia 2015 sin escala previa en 2013 es Sergio Massa. El Intendente de Tigre en un mes armó el Frente Renovador, un rejunte – uy, que kirchnerista que estoy- de políticos, Intendentes, sindicalistas y empresarios que hace unos meses formaban parte del Frente Para La Victoria. Claro que incluyo al tigrense dentro de esta larga lista con el agravante de que formó parte del gobierno de Cristina Kirchner como director de la ANSeS (fue quien llevó a su amigo de la Ucedé Amado Boudou allí dando comienzo a su meteórico ascenso político) y como Jefe de Gabinete durante un año, siendo una de las personas más obsecuentes con su jefe que vi en mi vida. Más allá de las especulaciones acerca de su ruptura con el kirchnerismo en 2009 tras la derrota en la Provincia de Buenos Aires – con botella de champagne revoleada por Néstor Kirchner incluida-, Massa jamás dejó de formar parte del gobierno nacional algo que se vio reflejado en su indecisión para romper y presentarse por su cuenta en las PASO. El gran dato a favor que tiene, es que con un armado político en apariencia nulo y a las apuradas, logró vencer en Provincia – y con bastante margen, que se va a ampliar en dos meses- a un partido que tiene el poder hace más de 10 años y que claramente no logró encontrar un candidato razonable y con un buen nivel de reconocimiento social. Le podemos sumar que a nivel nacional y sin alianzas dejó atrás por más de un 5% al Frente Cívico Progresista y Social. Hasta aquí lo que se puede destacar, que no es poco y a la vista de cualquiera lo hace un candidato bastante potable para pelear por la presidencia. Pero si uno hila más fino se va a encontrar con varias sorpresas que nos hacen regresar al mismo lugar donde estábamos con los demás políticos hasta aquí enumerados. A saber:

1) Su ya mencionada cercanía con actores y sectores que eran parte del FPV hasta hace muy poco, lo cual indica que se mueven no por convicción o ganas de mejorar la situación del país sino de acuerdo a como sople el viento. Buscan engordar sus bolsillos con el Estado Nacional como socio y proveedor principal.

2) La evidente intención de Massa de sostener la estructura de poder vigente sin realizar ningún cambio que no sea más que superficial. Sus discursos apuntan a tocar de una manera vaga temas como la inflación y la inseguridad que preocupan a la gente y garantizan votos. Ahora, de decir como va a solucionar esos dos flagelos ni noticias. Es más, sus economistas de cabecera han planteado soluciones que empeorarían el cuadro de una manera catastrófica – más allá de que al fin y al cabo la explosión final sea algo casi inevitable a esta altura-. Otro factor importante es su incapacidad: su discurso pretende ser de “tipo común” y canchero, pero termina siendo hueco e idéntico al de políticos como Insaurralde o Scioli. Apunta al golpe de efecto, como con esa firma ante escribano público de que no apoyaría la reforma de la Constitución Nacional, generando el aplauso fácil. Otro político efectista y cortoplacista que con dádivas y show televisivo logra ocultar ante el grueso de la gente su verdadero rostro.

3) Su cercanía con el gobierno nacional lo hace más que sospechoso. Decidió después de coquetear con el “No” lanzarse a enfrentar al FPV y de entrada ya contaba con varios garrochistas en sus filas. Hoy el PJ está dividido entre Cristina y Massa, pero la realidad llega nuevamente para golpearnos: en todo el país el peronismo sacó más de 11 millones de votos y en la Provincia de Buenos Aires sumó casi 6 millones. Nunca consideré al partido de Sergio Massa como un opositor, sino más bien como una colectora kirchnerista. Su intención es sentarse en el sillón de Rivadávia con el aval del peronismo y de Cristina que, de no poder mantenerse en el poder, buscará cambiar por este su inmunidad y la de sus funcionarios y socios más comprometidos con casos de corrupción.

4) Este punto toca directamente al anterior, ya que Massa nunca respondió ninguna pregunta acerca de los recientes casos de corrupción que involucran a funcionarios de la administración nacional. Su respuesta siempre es la misma: “No hablo de nombres propios. La Justicia tiene todos los datos en sus manos y es la que decidirá”. Todos sabemos a esta altura que la política es una gran corporación y que todos sus integrantes siempre van a salir a cubrirse entre sí, pues todos están metidos en alguna u otra cuestión y no desean que su participación salga a la luz. Y mucho menos quieren perder el poder que poseen. Esto es mayor aún en el caso de alguien como Massa, que fue parte central del gobierno durante varios años y debe haber, como mínimo, visto muchas cosas de las que elige no hablar. 

5) El Frente Renovador ha logrado superar con claridad a todas las fuerzas políticas en el país menos al partido gobernante que, estando en uno de sus peores momentos, logró sacarle más de la mitad de los votos (y eso sin considerar a sus aliados, con los que el porcentaje se eleva hasta más del 30%). No es una performance del FPV para tirar papelitos y saltar de alegría, pero el gran armado nacional lo tienen ellos aún y no se los debe descartar. El FR deberá seguir creciendo en estos años, evitar consumirse como casi toda alianza opositora hasta aquí y demostrar que no es lo mismo que el gobierno. Esto último creo que a la larga no va a ser posible, ya que el bluff es demasiado claro, pero que a pesar de ello el tigrense es capaz de ganar en 2015. Nadie puede decir que no se les avisó y si bien toda queja siempre es válida más allá de haber votado o no a alguien – yo mismo voté a Cristina en 2011 -, dicen que el que avisa no traiciona. 

6) ¿Estamos dispuestos en serio a comprar nuevamente otro “matrimonio militante”? Sergio Massa y su mujer Malena Galmarini son un dúo que me generan un gran rechazo tanto juntos como por separado. Viéndolos en algunas entrevistas en programas de TV bien frívolos, me quedó más que claro que si llegan al poder pueden ser mucho más peligrosos que los Kirchner – no olvidar que el padre de Galmarini puso la estructura básica para el FR- y que buscan la misma alternancia que ellos o, como piso, igualar sus años en el poder a como de lugar. 

7) El Grupo Clarín ha decidido apoyar a Massa y atacar a todos los demás candidatos opositores – menos a Macri que sigue siendo un Plan B-. Esto no es una buena señal, pues la historia reciente nos ha demostrado que el multimedio solo quiere ver sus objetivos económicos realizados cueste lo que cueste. Puede parecer que Clarín y el gobierno de Cristina Kirchner están en una lucha ideológica, pero se trata solamente de un problema de negocios en una otrora próspera sociedad política y económica. El Gran Diario Argentino ve en Massa alguien similar a Néstor Kirchner, alguien con quien puede sentarse a negociar para recuperar sus viejos beneficios que lo convirtieron en el señor feudal del espectro mediático nacional (junto a otros pocos como el Grupo Uno de Vila y Manzano, que es socio del gobierno nacional). En fin, Clarín quiere kirchnerismo pero sin los Kirchner y está convencido de que con Massa lo va a conseguir. Y Magnetto jamás se tira a la pileta si esta no tiene mucha agua. 

Así llegamos a Daniel Scioli, el eterno candidato opositor de todos los medios no oficialistas, pero que nunca se despegó del gobierno aún en sus peores momentos. Desde que fue electo Vice-Presidente en 2003 y luego dos veces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires (2007 y 2011), Scioli ha sido blanco constante de su propio partido político. Retado en público por Néstor y Cristina innumerables veces y denominado neoliberal, imperialista, cipayo, derechista y demás por toda la militancia y funcionarios kirchneristas, nadie podía entender como continuaba inmutable en su lugar. Pero la única verdad es que Scioli nunca dejó de formar parte del Frente Para La Victoria. Más allá de los cruces y del ahogo fiscal al que lo sometieron – siendo la población de Buenos Aires la única víctima-, su único plan siempre fue algún día ser ungido como candidato para Presidente dentro del FPV. Podría decirse que tras los magros resultados del gobierno en las PASO, su sueño está a punto de cumplirse. A todo esto, una pequeña digresión: ¿Como una persona tan incapaz llegó a ocupar todos los cargos importantes del país menos el de Presidente? La respuesta está en nosotros, acá no podemos tirar la pelota afuera. Retomando, el gran problema es que el bonaerense nunca entendió que si pretendía llegar a la Casa Rosada, debía romper con Cristina Kirchner. Antes de las primarias se le presentó su última oportunidad, pero tras haber tendido puentes con Francisco De Narváez y haber coqueteado con Sergio Massa eligió no solo quedarse a apoyar al FPV sino que se cargó la campaña al hombro junto a la Presidenta y radicalizó completamente su discurso llegando a los mismos niveles que el de Carlos Kunkel o Diana Conti. En el medio de su burda impostación, que sigue sosteniendo, Daniel Scioli perdió absolutamente todo. Si bien tiene a los Gobernadores e Intendentes de nuevo dándole su apoyo y volvió a recibir el beneplácito de Cristina, que en pocos días cambió su postura respecto a él completamente, a lo máximo que puede aspirar para 2015 es a que el Partido Justicialista lo elija como contendiente de Massa en una interna de la que es casi seguro que saldría ámpliamente derrotado. El PJ puede decir que sigue alineado detrás de la figura de Cristina, pero la garrocha ha sido utilizada por más de la mitad del partido y por muchos integrantes del mismo Frente Para La Victoria que han encontrado en Massa su nuevo redentor, arrastrando a Daniel Scioli al fondo del mar. 

Es indiscutible que Cristina Fernandez de Kirchner continúa marcando la agenda política y tiene todavía en sus manos la mayoría de las palancas del poder. No se debe a su brillantez o a su buena gestión sino al sector del aparato peronista que todavía la respalda, a su debilitada pero aún en funcionamiento maquinaria de poder construida en base a las diversas cajas estatales y a la total irrelevancia de la oposición que alternó entre el papelón y el constante acuerdo con el gobierno tanto en el país como en las provincias y municipios. Hace tiempo que hay un discurso unificado que repite que el fin de ciclo está cerca, algo que aún no se ha concretado. Si bien legalmente el gobierno nacional ya no puede forzar siquiera un debate en el Congreso acerca de una posible reforma constitucional que haga realidad el sueño de Diana Conti, esto no significa que este muerto ni que no vaya a dar pelea. Un plebiscito de gestión el año que viene o una consulta popular para reformar la Constitución serían un suicidio que los obligaría a dejar el país de una manera más vergonzosa que Fernando De La Rúa. Descartadas ambas opciones, es mi opinión que el tono que vaya a tomar la pelea por la continuidad de Cristina depende de cuan grave sea la derrota el 27 de Octubre. Si la diferencia se amplía y llega a los casi 10 puntos porcentuales que estiman todas las encuestas (cosa que tampoco asegura nada), es muy probable que los límites de la Constitución Nacional sean abandonados definitivamente y comience una lucha encarnizada por mantener el poder donde la sociedad nuevamente va a ser la única damnificada. Si bien esto es una conjetura, hay varias señales – como el nombramiento de Milani al frente del Ejército y la cantidad de Gendarmes enviados a las fronteras del país, por ejemplo- que desembocan en esta grave y dolorosa situación. Y una oposición como la nuestra solamente agravaría el cuadro, dejando a la ciudadanía completamente huérfana de representantes y a merced de una clase política parasitaria y sin escrúpulos (algo que viene sucediendo hace décadas pero sin ningún golpe institucional de por medio).

El camino a 2015 es largo y no luce esperanzador. Justamente por ello es que debemos comenzar a hablar ahora mismo de este tema y de una vez entender que el poder, más allá de que no nos dimos cuenta aún, lo tenemos nosotros. Si nos sinceramos como sociedad, admitimos nuestros errores y dejamos de darle el poder siempre a las mismas personas, tal vez el cambio esté más cerca de lo que creíamos. Pero mientras todo siga igual, la realidad va a seguir saliendo a darnos golpes. Y lo peor es que en toda nuestra historia, jamás se ha cansado de hacerlo. 

Las PASO: La derrota innegable del kirchnerismo y algunas otras cosas…

13 Aug

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Con los resultados definitivos de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias en la mano, hay varias cuestiones que han quedado sobre el tapete. Cada una de ellas merece ser atendida y entre todas logran dar un cuadro general de la situación en la que se encuentran las fuerzas políticas del país de cara a las elecciones del 27 de Octubre.

Primero comencemos diciendo que esta elección es una primaria, más allá de que solo un partido o frente (el Frente UNEN en este caso) se haya atenido a la ley y haya realizado elecciones internas como debe ser. Los porcentajes definitivos se verán recién en dos meses, pero con este primer ensayo hay varias fuerzas que encontraron su piso aunque también hay muchas otras – la mayoría- que llegaron a su techo. Otro factor a tener en cuenta es que al ser una elección legislativa, la comparación con las presidenciales de 2011 – una constante en todos los medios de cualquier índole- no es del todo precisa aunque sin dudas sirve para demostrar de una manera contundente el cambio de opinión a nivel nacional con respecto al Frente Para La Victoria en tan solo dos años. Aún así, creo que hay que tener cuidado con esta analogía pues en 2009 se dio la situación inversa: el descontento de las legislativas no se reflejó dos años después en las presidenciales cuando Cristina Kirchner arrasó con todos sus rivales con un 54% que nos sorprendió a todos, incluida ella misma. Hace mucho tiempo que se vaticina un fin de ciclo para el kirchnerismo, pero de una manera u otra este ha logrado sobrevivir a casi todos los golpes que recibió. Es importante recalcar que la mayoría de estos fueron por errores propios o por casos de corrupción que involucran a sus funcionarios (desde el caso Ciccone hasta el asesinato de Once). Pero ese famoso “fin de ciclo”, más allá de que sea innegable el hecho de que cada día está más cerca, no ha llegado todavía. Dudo que el kirchnerismo caiga sin dar pelea, y no estoy hablando de una batalla que se vaya a regir por los límites de la Constitución Nacional precisamente.

La derrota del Frente Para La Victoria a nivel nacional es algo imposible de negar. Más allá del discurso triunfalista, negador de lo que acababa de suceder y cargado de resentimiento y advertencias contra toda persona que no haya votado a los candidatos del gobierno nacional que dió Cristina Kirchner ayer, la realidad está allí para que todos le demos una ojeada. Números son números, y en la mayoría del país los votantes le han dado nuevamente la espalda al FPV. No sorprende que este haya perdido en Capital Federal, en la Provincia de Buenos Aires y en las principales provincias del país – aunque se debe recalcar que le fue mucho peor que en 2009- sino que lo haya hecho en varios de sus feudos característicos como Jujuy, La Rioja o San Juan. Ni que hablar de sus magros resultados en el Sur del país donde solamente pudo vencer en Río Negro. Otra señal de la debacle es el que en las demás provincias donde generalmente saca porcentajes soviéticos haya bajado considerablemente su performance, redondeando en general una pésima elección donde más del 65% del país voto en su contra. Página 12 y Tiempo Argentino titularon con las palabras de Florencio Randazzo y de la Presidenta: repitieron que el gobierno sigue siendo la mayoría nacional tras 10 años de estadía en el poder y que solo ellos presentaron candidatos en todas las provincias. Se olvidaron agregar que esto es algo más bien lógico y que si no pueden presentarse en todas las regiones del país tras tanto tiempo de acumular poder es que no merecen estar donde están. Y también obviaron que un 27% a nivel nacional esta muy cerca del mínimo histórico y que entre la UCR, el Socialismo y sus aliados – con mucha menos representación- llegaron a un 24% de votos a nivel nacional, apenas unos puntos porcentuales por debajo del FPV. Decir que los demás frentes o partidos no tienen unidad es una excusa bastante débil y no resiste el menor análisis. Como ya dije, Cristina habló ayer tras la derrota y nuevamente entregó un cúmulo de lugares comunes sazonados con relato mágico y loas a Néstor Kirchner (lo llamó “el hombre que le cambió la vida a los argentinos”). No hay mejor imagen de lo que fueron estas PASO para el kirchnerismo que ver en el Hotel Intercontinental a los candidatos, funcionarios y militantes del gobierno festejar a los saltos y gritos una de sus peores derrotas en estos 10 años de gobierno.

Esto me lleva al lugar donde se deben apuntar los dedos dentro del FPV. Esta claro que nadie lo va a decir o siquiera insinuar, pero la gran responsable de esta derrota es ni más ni menos que Cristina Kirchner. Ella eligió nacionalizar la elección – algo que la mayoría de los Intendentes del Conurbano le rogaban que no hiciese- y se puso al frente de la campaña dejando a sus candidatos en un segundo o tercer plano. A Martín Insaurralde y a Juliana Di Tullio se les escuchó poco y nada la voz durante la campaña, algo que a la larga les jugó en contra. Sin dudas que la imagen de la Presidenta ayudó a levantar un poco el piso inicial de su lista pero la idea de un “empate técnico” con el Frente Renovador de Sergio Massa comenzó a quedar más y más lejos a medida que se acercaba la fecha de elecciones. Daniel Scioli también carga sobre sus ya vapuleados hombros la culpa de esta dolorosa derrota, porque decidió no romper con el kirchnerismo y atar sus sueños presidencialistas a que Insaurralde perdiese solo por uno o dos puntos algo que finalmente no sucedió. En 2009 Néstor Kirchner le echó la culpa a Massa por la derrota en la Provincia de Buenos Aires. Hoy Cristina no puede ni siquiera hacer eso, porque la campaña del tigrense – aquí rival y no aliado como en aquel entonces- fue realmente mala y le restó bastantes votos en este último mes. Las culpas las van a cargar los Intendentes de los distritos donde el FPV haya perdido o disminuido en grandes cantidades su caudal de votos, algo que no se adapta a la realidad pues no es por eso que se perdió. Pero los fondos públicos dejarán de llegar y nuevamente la gente va a ser rehén de una pelea política que no los involucra en lo absoluto. Si la Presidenta es incapaz de aceptar una derrota y lo único que hace es advertirnos a todos que más allá de los votos ella es la que tiene el poder, es imposible pedirle que reconozca que la derrota es solamente suya pues ella eligió ponerse por sobre sus candidatos.

Lo que millones de argentinos ven es que el Frente Para La Victoria cayó derrotado por el Frente Renovador en el GBA. Yo nunca consideré a Sergio Massa como un opositor al gobierno, menos aún desde que lanzó su candidatura. Siempre dije a quien quisiese escuchar que el Frente Renovador es una colectora del kirchnerismo y que con el juego de polarización que ambos llevaron a cabo durante este mes, se han ganado casi el 60% de los votos del Conurbano Bonaerense. Massa no es garantía de nada más que continuidad de los lineamientos de Cristina Kirchner pero con maquillaje y un discurso similar al del PRO, algo de lo que el gobierno nacional con su “Elegir el amor al odio” ya está demasiado cerca. Empezando por sus listas plagadas de políticos que en su mayoría eran kirchneristas hasta ayer, el Frente Renovador es el kirchnerismo edulcorado y ha logrado embaucar de nuevo a miles y miles de personas. Su aspiración es ser candidato a Presidente en 2015 con el FPV para así poder cambiar su acceso al poder por impunidad para los miembros de la administración actual. No hay que olvidarse que Massa fue director de la ANSeS y que él llevó a su amigo Amado Boudou allí cuando asumió como Jefe de Gabinete en el año 2008. Pocas veces se vio a un obsecuente como el de Tigre en un cargo público y también fuera de él, ya que hasta hace un mes era otro Intendente oficialista. Otro dato a remarcar es que jamás se pronunció sobre ningún funcionario ni sobre ninguna de las graves acusaciones de corrupción que tiene el gobierno en su contra. Tampoco criticó ninguna medida reciente – digamos para ser buenos de 2009 hasta hoy- y se limitó a enunciar tibias palabras en contra de la inseguridad, la inflación y la reforma constitucional. Tres cuestiones que sin una propuesta concreta que las acompañe terminan cayendo en una gran generalidad que no va más allá de una charla de café entre dos vecinos comunes de Buenos Aires. Massa ya ha expresado de manera clara sus pretensiones para 2015 y para ellos cuenta con el apoyo de los grandes medios opositores, en especial del diario Clarín. Y no se trata solo de que prefieren a cualquiera que logre vencer al kirchnerismo sino de sus intereses económicos. Clarín siempre buscó acordar con el poder de turno y tiene enfrente a un político sin ideología ni fuerza que es muy probable que, de sentarse en el sillón de Rivadávia, termine por llegar a un jugoso arreglo con “El Gran Diario Argentino” para obtener su apoyo. Recordemos que esto fue lo que hicieron Néstor y Cristina Kirchner desde 2003 a 2009 cuando se disolvió su sociedad debido a problemas con la adjudicación del Triple Play – aunque Néstor si le había dado a Clarín 10 años de prórroga de licencias y la fusión entre Cablevisión y Multicanal durante su gobierno-. La supuesta subida de tono de la campaña del tigrense en estas últimas dos semanas de la que tanto se hicieron eco los medios tanto oficialistas como opositores – ambos buscaron polarizar la elección para borrar a todos los demás candidatos, juego que dió resultado pues Stolbizer y De Narváez quedaron fuera del mapa- es la prueba de los intereses que tienen en juego en esta carrera hacia 2015. 

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el PRO realizó una elección normal y el FPV tuvo un desempeño muy pobre más allá de haber aumentado bastante el porcentaje de 2009. Gabriela Michetti y Sergio Bergman quedaron primeros en Senadores y Diputados respectivamente secundados por Daniel Filmus y Juan Cabandié. La diferencia de 10 puntos porcentuales aproximadamente en cada caso habla por sí sola. En el tercer lugar quedaron Pino Solanas y Elisa Carrió, los candidatos del Frente UNEN que fue el único que realizó primarias en una elección que hasta aquí solo le servía a los partidos para hacer control de daños unos meses antes de Octubre. Así, la lista definitiva para Octubre va a ser armada según el voto de la gente y no a dedo que es como se deciden todas las de las demás fuerzas políticas en la contienda. Esto ya les da un plus importante, púes los sitúa – en un sistema corrupto y destruido por la clase política- por sobre la media a la que estamos habituados convirtiéndolos en un muy bienvenido soplo de aire fresco. Sin dudas que no me gustaban muchos de los candidatos que se presentaron para la interna, pero me pareció un ejercicio muy sano y democrático que debería servir de lección para los demás políticos. Puede haber diferencias y debate encarnizado, pero no por ello se debe tildar al otro de enemigo ni dejar de trabajar en conjunto. Pero lo que hizo al Frente UNEN la estrella de estas elecciones fue el hecho de haber sacado en total la mayor cantidad de votos tanto en Diputados como en Senadores. Elisa Carrió – superando sus razonables números de 2009 y sus paupérrimos resultados de 2011-  ganó cómodamente y quedó solamente con el resultado de la interna a pocos puntos de Juan Cabandié que encontró su techo aquí. Los Diputados del UNEN superaron el casi 32% de Gabriela Michetti dejando en claro que la CABA de a poco comienza a dejar de ser el feudo de Mauricio Macri. Pino Solanas venció con mayor dificultad en la interna y quedó lejos de Daniel Filmus, pero el Frente superó por mucho los votos de Sergio Bergman. De mantenerse todo así, y aún con las migraciones lógicas de algunos votos del UNEN hacia el PRO, FPV u otras opciones, el panorama para Octubre coloca a la lista de UNEN peleando cabeza a cabeza el primer lugar con el PRO y al Frente Para La Victoria relegado a un cómodo tercer lugar. El desafío del UNEN es mantener la unidad mirando hacia el gran premio, algo que en mi opinión logrará sin problemas más allá de los rencores de los perdedores (siendo Victoria Donda y Alfonso Prat-Gay los grandes exponentes de esto con sus pésimas declaraciones de ayer). La lista definitiva ya ha quedado configurada y ahora solo queda esperar. Sería una muy buena noticia que el camino recorrido por este frente de sus frutos y logre limpiar un poco el aire que se respira en la política nacional. 

Las PASO nos han dejado una derrota muy dura para el Frente Para La Victoria – aunque como se ve, hay varias lecturas posibles-, el surgimiento de dos candidatos (Massa e Insaurralde) que solamente dijeron generalidades en programas frívolos de televisión, el comienzo del ocaso del PRO en la Capital Federal y un experimento interesante como el Frente UNEN. Veremos que nos deparan estos dos meses y si algo cambia de aquí a Octubre o si todo sigue su irremediable y habitual curso. Hace muchos años un brillante historiador dijo de manera acertada que desde 1955, el país se encuentra sumido en un círculo de fuego interminable. El ciclo se repite sin cesar, las llamas se avivan cada vez más y nos consumen nuevamente. Aunque parezca mentira creo que aún no hemos dado señales de haber podido siquiera darnos cuenta de esto. Tarea para el hogar entonces…

Milani y Chevron: El doble quiebre del kirchnerismo…

19 Jul

“Y yo no me voy a cansar de repetir que los derechos humanos no son ni de izquierda ni de derecha; son simplemente – nada más y nada menos que eso – los derechos humanos, los que distinguen a la condición humana y los que nos hacen respetar la vida y la integridad personal y moral de cada ciudadano y de cada ciudadana en el marco de la Constitución y las leyes”, Cristina Fernández de Kirchner en su discurso por el Día Universal de los Derechos Humanos en 2011.

“Pero yo quiero hablarle a todo el pueblo argentino de esto que significa lo que el primer título de la ley habla, y que es precisamente  la recuperación de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina”, Cristina Fernández de Kirchner en el anuncio del proyecto de Ley de Expropiación de YPF.

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Es sabido que el kirchnerismo se ha construido sobre un relato épico y fantasioso. Dos de sus puntos centrales en lo discursivo han sido los Derechos Humanos – con el respaldo de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y el posterior enjuiciamiento de cientos de responsables de crímenes de lesa humanidad- y el nacionalismo o patriotismo. Así han logrado convencer a millones de personas que las organizaciones de derechos humanos los apoyan porque ellos representan el ideal de justicia y reparación a las víctimas y castigo ejemplar a los victimarios de aquellos oscuros años. Desde que Néstor Kirchner tomó la decisión de “bajar el cuadro de Videla”, han conseguido que Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, Tati Almeida y las demás agrupaciones se rindan – favores mediante también, claro está- a sus pies y los acompañen en actos y presentaciones a lo largo y ancho del país. Los Kirchner han sido llamados “hijos” y “nietos” por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo siendo esto una profanación de la memoria de los muertos, pues ellos no realizaron ningún acto heroico durante la dictadura militar (como mucho se puede decir que eligieron mirar para el otro lado y a la vez enriquecerse gracias a medidas económicas del gobierno de facto). También convencieron a medio país de que durante estos diez años fueron los únicos que enarbolaron la bandera de la soberanía nacional y que todos los demás partidos y representantes son la encarnación del capital extranjero que tanto mal nos hizo desde 1976 hasta 2003. Muchos los creen patriotas y los igualan con próceres como San Martín y Bolívar, cuando en realidad lo único que han hecho es profundizar los mecanísmos legales instaurados en los años 90′ por Menem – y con los que tanto beneficio consiguieron, por ejemplo con la privatización de YPF por la que hicieron lobby para poder recibir millones de dólares- permitiendo que las empresas trasnacionales exploten todos nuestros recursos humanos y naturales liquidando todas sus ganancias en el exterior y pagando un mínimo de impuestos (un mecanismo que es idéntico en todos los países gobernados por esta autodenominada “Nueva Izquierda” como Ecuador, Bolivia, Venezuela y Brasil). Desde la retórica se vende la idea de que ellos han recuperado la soberanía. Casi todos los discursos de Cristina Kirchner tienen esto como eje central, transmitiendo el mensaje de que soberanía nacional y kirchnerismo son sinónimos y poniendo como ejemplo Aerolíneas Argentinas, la ANSES y ahora YPF (pero nunca diciendo que las gestiones son un liso y llano fracaso además de un nido de corrupción y sobresueldos)

Pero esta semana sucedieron dos hechos que terminaron por partir al medio el relato kirchnerista, destruyéndolo por completo. La situación amenaza con tornarse indefendible aún para los más acérrimos fanáticos del gobierno nacional. 

Primero, Cristina designó como Jefe del Ejército a César Milani un militar con un oscuro pasado. Esta acusado de haber participado en el infame Operativo Independencia y de haber formado parte del aún más nefasto Batallón 601 durante la dictadura militar que gobernó al país desde 1976 hasta 1983. Su nombre, como atestiguó una de sus víctimas Ramón Olivera (ex-militante del ERP y preso político durante esos años en La Rioja), aparece en el Informe de la Comisión Provincial de Derechos Humanos de esa provincia. Su nombre también está involucrado en la desaparición del soldado Alberto Ledo que en esa época era secretario de Milani. Su legajo no miente: dice que participó dentro del Batallón 601 durante la dictadura con el grado de Teniente. Como si fuera poco, las sospechas de enriquecimiento ilícito se acrecentaron cuando salió a la luz su millonario patrimonio y sus lujosas propiedades y vehículos. Esto sumado a su pública lealtad para con Cristina Kirchner no hizo más que intensificar el malestar interno dentro de la fuerza armada. Para construir un ejército que sea leal a su partido político – si no creen que sea así, vean el reflote discursivo del fallido Operativo Dorrego- Cristina recurrió a un personaje que contradice la columna vertebral de su propio relato. Si Milani hubiese sido designado por Macri o por cualquier miembro de la oposición, todos estarían indignados y el militar estaría a punto de ser juzgado y encarcelado. La defensa oficialista fue contundente. El CELS, Estela De Carlotto, el Ministro de Defensa Agustín Rossi, Aníbal Fernández y casi toda la militancia salieron a decir que como no había pruebas concretas, no encontraban razón para sospechar de Milani. Que en cuanto aparezcan, allí se evaluará y se decidirá con sabiduría pero hasta entonces hay que aplaudir la decisión de la Presidenta. El problema es que las pruebas existen y son bastante claras al respecto del rol de Milani en los 70′. Igualmente el esquema es siempre el mismo: esta situación es un calco de lo que pasó cuando salió a la luz que Gerardo Martínez, uno de los principales socios sindicales de Cristina, había sido espía del 601. De todos los defensores de Milani, el caso más paradigmático es el de la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto que en una semana lanzó al río todo su prestigio ganado en años de valiente lucha. En una entrevista radial, dijo que no había razones para desplazar a Milani ya que “no tiene antecedentes”. Que antes de acusar hay que tener un fundamento y que no hay que prejuzgar a las personas. Esto sin dudas es extraño pues ella misma con muchas menos pruebas se la pasó por más de 6 años acusando públicamente a Ernestina Herrera de Noble de ser una genocida y expropiadora de bebés de desaparecidos. Hasta que un examen de ADN determinó lo que todos suponíamos: que la adopción, si bien fue ilegal (eso sí se probó y hace mucho), no fue de dos niños de personas asesinadas por los militares. Queda en claro que Carlotto (así como todas las organizaciones de DD.HH oficialistas) actúan y denuncian solamente cuando el gobierno lo requiere y le conviene. La amoralidad y el servilismo son sus características principales. Se han convertido en simples panfleteros, en la rueda principal de un esquema tan hipócrita como cínico. Pero la grieta es amplia y, aunque sin generar rupturas públicas, llega al corazón del gobierno. Hebe de Bonafini, defensora entusiasta de todo lo que haga y diga su “hija” Cristina, se ha llamado a silencio. Si bien es igual de reprochable que no condene a Milani, porque ella sabe quien es, al menos es más noble que Carlotto que como el gobierno ha pisoteado la memoria de sus nietos y de todos los muertos durante la dictadura militar que hasta aquí eran una de las columnas principales de su épica revolucionaria. 

El segundo hecho resonante fue el acuerdo de YPF con la empresa Chevron (Standard Oil, no se si les suena) para la explotación a futuro del yacimiento de Vaca Muerta, un diamante para cualquier empresa petrolera. Es un contrato regido por leyes extranjeras (Francia) – he aquí la primera contradicción con la idea de soberanía- y que le permite a la corporación de Rockefeller (y a cualquiera que desee invertir) ingresar insumos al país sin pagar impuestos, exportar sin retenciones y no dejar ninguna divisa en el país si así lo desean. En otras palabras: se le entregó la famosa “soberanía hidrocarburífera”, con la que se había estatizado a los gritos YPF hace unos meses, a Chevron que además tenía un embargo – que Gils Carbó se encargó de levantar por orden de Cristina, desoyendo el pedido del Presidente de Ecuador y “amigo” Rafael Correa- por daños ambientales y humanos en Ecuador. A esto se le puede agregar que el puente para realizar este acuerdo fue tendido por los Bulgheroni, que fueron los grandes socios de la dictadura militar y del gobierno de Menem (ergo, que ayudaron a destruir el país para llenarse los bolsillos). A los que conocemos como se maneja el gobierno, esto no es nada extraño. Es sabido que Cristina es habitué del “Council Of The Americas” que es la reunión anual (financiada por el mismo Rockefeller) donde se juntan los grandes empresarios del mundo y los presidentes que están dispuestos a abrir sin límites sus países a las inversiones extranjeras. Así fue como en 2008 convenció a Peter Munk el dueño de Barrick Gold de realizar nuevas inversiones y negocios a costa de nuestro país. Un andamiaje legal heredado de Carlos Menem y perfeccionado por Néstor Kirchner – sumado al veto a la Ley de Glaciares- permitió la llegada de la oscura empresa canadiense (si buscan más información acerca de la relación Argentina-Barrick Gold, les recomiendo leer “El Mal” de Miguel Bonasso). El esquema fue y sigue siendo el mismo de siempre, pero ahora con Chevron: la explotación de recursos naturales es ilimitada (y sin control alguno) y la obligación de liquidar ganancias en el país no existe. La segunda grieta se abrió en el relato en tan solo una semana y las declaraciones de ayer del Vice-Ministro de Economía Axel Kicillof y de Cristina Kirchner terminaron de volar por los aires cualquier resabio que haya quedado de la fantasía nacional y popular que dice ser el kirchnerismo. El primero dijo que el acuerdo con Chevron va a traer un “carnaval y un boom de actividad” y lo calificó como “una enorme muestra de soberanía” mientras que la Presidenta dijo que Chevron es una de las mejores empresas del mundo y que esto era un golpe para los que decían que no podían traer inversores para YPF. Tal vez el ejemplo más acabado del cinísmo e hipocresía de los militantes kirchneristas sea el cartel que La Cámpora puso en la web y en las facultades cuando se re-estatizó YPF. Este decía que desde ahora en más, la empresa volvía a ser de los argentinos y que nunca más iba a ser de los grupos y empresas nacionales e internacionales. En los primeros lugares de la lista publicada, figuraba Chevron.

El kirchnerismo habla de derechos humanos y cree ser el único con autoridad moral para mencionar siquiera a los muertos durante el gobierno de facto. Se arrogan haber terminado con lo que quedaba de esa época y de haber traído alegría y justicia a los damnificados. Fustiga con este tema y desde su supuesta moral a todo enemigo para destruirlo. Pero cuando se trata de sellar acuerdos y favores con personas que participaron de la represión y/o fueron personajes centrales en esos años, todos debemos mirar para otro lado y creer sus excusas y ocultamientos. Lo mismo sucede con el tema de la soberanía nacional y la falsa lucha contra las corporaciones. La misma Cristina dijo no ser la Presidenta de las corporaciones, pero sus acciones dicen todo lo contrario. Cualquier corporación nacional e internacional que esté dispuesta a cerrar negocios y dejar un buen retorno, puede hacer lo que quiera en el país imponiendo sus propias reglas. La soberanía nacional no es tal así como no lo es el respeto hacia los derechos humanos. Son tan solo elementos centrales de un relato que esta semana terminó por derrumbarse, dejando hasta a los fanáticos más convencidos sin argumentos plausibles más allá de los ya típicos – y aburrida- negación e insulto (vendepatria, traidor, gorila, genocida y otras expresiones llenas de amor y comprensión de esta DeKada Ganada). Las medidas tomadas en lo económico, político y social son ya hace tiempo erróneas. Pero el relato todavía servía como sostén para un gobierno que día a día pierde su credibilidad. Como ya había mencionado en mi balance acerca de esta década kirchnerista, ahora sí es posible que al final Cristina Kirchner sea consumida por el monstruo que ella y su marido comenzaron a construir allá por el año 2003.   

Game Of Thrones y la reflexión cristinista…

13 Jun

“Everyone is mine to torment! You’d do well to remember that, you little monster”, Joffrey Baratheon.

“You can’t talk to me like that! The king can do as he likes!”, Joffrey Baratheon.

“Any man who must say, ‘I am the king’ is no true king”, Tywin Lannister.

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“Game Of Thrones” que el pasado Domingo culminó su excelente tercera temporada es – junto con la otra gran producción de HBO, “Mad Men”- la mejor serie de los últimos 60 años de historia televisiva. Basada en las novelas de George R.R Martin, y situada en los ficticios continentes Westeros y Essos, describe sangrienta, oscura y emocionante lucha de 7 Reinos para poder conquistar el Trono de Hierro. De conquistarlo, esa persona tendrá el dominio de todos los demás reinos. Puedo decir que es la lucha encarnizada por el poder al desnudo, que aunque se trata de ficción bien podría servir como explicación de cualquier período de nuestra historia. Hace algunos meses, Cristina Kirchner escribió una serie de mensajes por Twitter desde su cuenta oficial. Allí dijo que la serie le encantaba y que su personaje preferido era la Reina de los Dragones, mejor conocida como Daenerys Targaryen.

Es interesante tratar de dilucidar las posibles razones de tal elección. La verdad es que parecen estar todas a la vista: una mujer que comienza siendo vulnerable y estando a la sombra de su hermano Viserys, que por poco la vende a unos bárbaros para poder sumarlos a su ejercito y así poder reconquistar el Trono de Hierro, del cual es heredero legítimo. Pero a medida que Daenerys comienza a ser respetada cada vez más dentro de la tribu de los Dothraki, su hermano ve como su propia figura va quedando rezagada. Proclama ser el rey de los dragones, pero su ambición y sus celos lo llevan a insultar a su hermana y ser asesinado por su esposo Khal Drogo. Es en este tramo que Daenerys descubre que en realidad ella es la verdadera y única Reina de los Dragones y tras la trágica muerte de su marido, le demuestra a la tribu que lo de los dragones no es ninguna mentira, ganándose así su lealtad y alabanza. Rápidamente, y a medida que su ambición crece, comienza a armar un ejército para luchar por el trono. Con sus tres dragones que crecen a una gran velocidad, va de ciudad en ciudad conquistando voluntades, asesinando obstáculos sin piedad alguna y liberando esclavos (con lo que se gana su favor). El final de la tercera temporada la tiene a ella llevada en andas por cientos de esclavos que acaban de ser liberados y que le juran lealtad absoluta. La llaman “Madre” mientras la llevan en andas. Daenerys disfruta de este momento y mucho. Fue aquí cuando dije en voz alta: “Este es el sueño de Cristina. Ella está convencida de que merece eso de parte de los más humildes”. Hay que aclarar que la Reina de los Dragones libera a los esclavos no por conveniencia sino por un sentimiento sincero de que deben ser libres y elegir que camino seguir en su vida. No busca nada a cambio de su ayuda.

Debo decir que no veo a Cristina para nada parecida a este personaje y además me siento obligado a remarcar que su pregunta de si se iba a quedar con Jon Snow o con Robb Stark no tiene ningún sentido pues nunca se cruzó con ninguno de estos dos personajes. Más allá de esto, creo que Cristina se olvido de un personaje que sí es muy similar a ella: Joffrey Baratheon. Hijo bastardo de un incesto entre su madre y su tío y rey de los 7 Reinos tras la muerte de su padre Robert Baratheon en una conspiración tramada por su madre para esconder su delito. Si bien Eddard Stark amo de Winterfell y gran amigo del difunto rey – que en ese momento es la Mano del Rey- es consignado por este antes de su muerte como heredero al trono, Joffrey y su madre le tienden una trampa que termina con su ejecución (a pesar de que públicamente jura lealtad al nuevo rey). Así comienza el reinado del joven, cruel e inexperto Baratheon que detesta a su pueblo y gobierna como si se tratase de una simple partida de ajedrez. Con el correr de tiempo, su sadismo y sus caprichos se hacen incontrolables hasta para su madre Cersei que comienza a ver con buenos ojos la posibilidad de un cambio. Todas sus acciones se rigen por sus emociones adolescentes y su humor diario. Solo su abuelo Tywin Lannister, un guerrero de mil batallas y “Mano del Rey” tras salvar la caída de la ciudadela, puede ponerle coto a sus expresiones desmedidas con tan solo una mirada. Velozmente se erige como el peor Rey de la historia, aún peor que el “Rey Loco” que fue asesinado debido a sus delirios de grandeza insoportables. Ambos creían que la persona que se sienta en el trono, podía hacer lo que quisiese y sin ninguna consecuencia.

Cersei preparó a Joffrey, su hijo preferido, para ocupar el trono desde pequeño y lo convirtió en un ser muy cruel y excesivamente ambicioso. Al comienzo de la primera temporada, le explica que cuando tenga todo el poder, nada va a estar fuera de su alcance. Que nadie le podría decir que no a nada y que todos temblarían ante la sola mención de su nombre. Piedad no es una palabra que forme parte de su vocablo y su único objetivo es aplastar a todos sus enemigos sin miramientos. Su gran rasgo es su inhumanidad, su incapacidad de ver a los demás como personas. Para él son peones desechables y fácilmente reemplazables, porque son todos suyos. El poder y el miedo son el combustible de Joffrey que cree – y dice- ser un gran guerrero y conquistador, pero que en realidad nunca participó siquiera en una batalla. La única vez que tuvo la chance de hacerlo, huyó a los brazos de su madre y su abuelo terminó evitando una penosa derrota. Esto no impidió que en una reunión de consejo lo llamase cobarde por no querer realizar un baño de sangre con todos los nobles que se rindieron en el Norte. Vemos como la épica es constante en los gobernantes absolutos, que buscan crear una imagen de si mismos para los demás que dista de ser real. Joffrey Baratheon no es un gran y valiente rey sino un niño rico, malcriado, bravucón, sádico, cobarde e incompetente. Tal vez Cristina deba mirar con mayor atención “Game Of Thrones”. Pero que se quede tranquila, que tiempo va a tener porque dentro de poco comienza la cuarta temporada y el personaje de Joffrey entra en la parte descendente de la parábola. Lo interesante es que Joffrey jamás logra ver ni entiende como su poder se va achicando, como va ganando enemigos tanto externos como internos (y ningún amigo) y como el círculo se cierra lentamente sobre su persona.