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Coqui, Clarín, Carrió y La Campola

5 Feb

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Con la ruptura en vivo y en directo – en otro de sus tediosos monólogos matutinos- de dos artículos del diario Clarín, Jorge Capitanich le hizo al gran diario argentino un favor enorme. Ni el mismísimo Héctor Magnetto lo habría imaginado de semejante y tan burda manera. La conexión con cualquier dictadura de ayer y hoy será inmediata, así como la confirmación en cada página de que este gobierno no respeta ni a las instituciones ni al sistema democrático. Dos cosas que son muy ciertas, más allá de que no son ninguna novedad para quienes habitamos este país. Clarín podrá victimizarse – con la ayuda de la infaltable ADEPA, tan ausente en momentos importantes del pasado- e instalar un poco de paranoia entre sus habituales lectores – es decir, casi toda la sociedad- y ganará varios metros en una carrera que hace largo rato debió haber terminado. El gesto del actual Jefe de Gabinete llega en un contexto muy caldeado, en el que el gobierno no ha sabido cómo lidiar con la misteriosa y repentina muerte del Fiscal Jorge Nisman quien estaba a horas de denunciar a Cristina Kirchner y a Héctor Timmerman – junto a varios secuaces más como Luis D’Elía, Andrés Larroque, Yussf Khalil y Fernando Esteche- por encubrimiento (vía el polémico Memorándum de Entendimiento) de los supuestos culpables por el atentado a la AMIA de 1994.

No voy a ahondar acerca del clima que se vivió desde la aparición del cuerpo sin vida con un tiro en la cabeza del Fiscal que investigaba a la Presidenta de la Nación, porque ya se ha hablado demasiado en todos los medios radiales, televisivos y gráficos. Quien quiera una cronología de los hechos y todas las hipótesis, puede dirigirse a cualquiera de las generosas bases de datos digitales de La Nación o Clarín y desgarrarse la cabeza jugando a ser Sherlock Holmes. No se sienta mal cuando lea esto, piense que la misma Cristina – con sendas cartas publicadas en Facebook y dos lamentables discursos por Cadena Nacional tratando de dar lástima y mostrarse fuerte, chistosa y desconocedora de la Constitución Nacional- y todos sus funcionarios han hecho gala durante estas dos semanas y media de sus conocimientos forenses, criminológicos y policiales. Lástima que los hechos siempre estuvieron firmes para descartar a todas las personas sobre las que el ojo oficialista se fue posando con el correr de los días. Primero el mismo Nisman que se voló la cabeza en un ataque de realidad tras haberse dado cuenta de que su denuncia era pescado podrido; a las pocas horas, Hector Magnetto fue acusado por toda la bancada del Frente Para La Victoria sin ninguna prueba y con los mismos argumentos de siempre; luego cuando quedó en claro que no había sido un suicidio, todos se abalanzaron sobre el espía jubilado y ahora enemigo (tan amigos supimos ser…) Jaime Stiusso, quien al parecer lo hizo volver al país y luego lo ajustició; dos día más tarde los cañones apuntaron contra el mejor amigo (sí, el “íntimo”) de Nisman, Diego Lagomarsino, que hasta fue falsamente acusado de sacar fotos en marchas por Cromagnon – aunque creo que fue demasiado ingenuo al prestarle su arma personal a su amigo y dio una conferencia de prensa muy sobreactuada-; más tarde todos los dardos apuntaron a la Fiscal Fein, en un embate que comenzó con intensidad pero que luego de dos días, previo pedido de Aníbal Fernandez para que “no se le ocurra ponerse la malla” (porque se quería ir de vacaciones), se ha calmado un poco. Esta tragicómica saga por el momento se encuentra en pausa, aunque es evidente que el partido de gobierno es más bien creativo y fabulador a la hora de pasarle la pelota a otra persona.

Además de los devaneos de la Jefa de Estado y sus voceros varios, también nos vimos sometidos como sociedad a una cantidad de contradicciones de la Fiscal Viviana Fein. La última de ellas fue la que inicialmente generó la “ira” de Capitanich y lo llevó a romper las páginas de Clarín. Al parecer, Nisman tenía en la basura un pedido de captura y desafuero para CFK y los demás involucrados en su denuncia. Esto fue publicado por el matutino y llevó a que nos digan por enésima vez que el único que miente y roba en el país es Clarín. El ataque de histeria estaba fundado en un comunicado de la Procuraduría que negaba la existencia del documento, algo que fue confirmado y negado con un día de diferencia entre ambas posturas por la misma Fein. El papel en cuestión existe, era un borrador y fue sumado a las demás pilas de documentos que conforman la causa por la muerte de Nisman, que efectivamente pensó en algún momento en detener a la Presidenta y al Canciller. Más allá de que ningún Juez hubiese siquiera considerado esa drástica y terminante opción, el hecho de por sí es más bien pesado y no debe haber caído para nada bien en la mesa chica que nos gobierna. No se puede decir a ciencia cierta que en el documento redactado por el equipo de Gils Carbó se haya falseado este dato para respaldar la versión del Jefe de Gabinete, pero sí que la Procuradora General ha quedado demasiado manchada desde su asunción como para que las miradas de costado tengan sus fundamentos. Un día después de su exabrupto infantil, Capitanich fue confrontado por Nicolás Wiñazki – uno de los autores de las notas en cuestión- y apenas si pudo balbucear alguna que otra incoherencia frente al pedido de explicaciones de parte del periodista. Y todo esto sin mirarlo a la cara ni siquiera por un segundo, como escondiéndose detrás del atril desde donde exhibe su nula cultura y su desgastada habilidad política a diario. Una contundente imagen para estos doce años de gobierno: un partido político que ha mantenido las riendas del poder en base a gobernar de espaldas a la realidad – en todas sus dimensiones posibles- pues ésta siempre lo golpea donde más le duele. Denunciando conspiraciones por doquier – ay, estos terroristas que atentan contra la buena onda y el siempre infaltable y falso “verano récord en consumo y ocupación hotelera”- y tratando de crear enemigos los suficientemente grandes como para que le quiten el foco acusador de encima al menos por un rato. Nada nuevo bajo el sol, pero hay un punto en el que todo esto – en especial hablar de ello, analizarlo, contrarrestarlo a todo momento- aburre y en grandes cantidades.

Mientras tanto – en un acto sin precedentes en estos 12 años- la oposición se unificó totalmente para repudiar la actitud del chaqueño y también para afirmar que no irán a debatir el proyecto de creación de la A.F.I. Tras una pésima reacción pos muerte de Nisman, parecen haberse reorganizado razonablemente por primera vez. Exploremos las razones que respaldan esta buena movida: el cambio de nombre para la actual Secretaría de Inteligencia – que viene de la mano de un aumento de salarios y promesa a todos los empleados y agentes de que no perderán su trabajo- es tan solo una cortina de humo lanzada por la Presidenta desde su silla de ruedas cuando decidió hablarle al país tras 8 días de silencio e invisibilidad tras el fallecimiento de Nisman. Más allá de que el CELS y varios oficialistas insertados en la oposición fomenten la idea de que es necesario discutir esta “reforma” pues salda muchas deudas de la democracia, si el conjunto de la oposición se prestase para esta puesta en escena no hará más que seguir traicionando a la sociedad que les depositó su confianza en las urnas. Un pequeño paréntesis: como leí en un muy buen tweet del periodista Luis Gasulla mientras CFK hablaba por Cadena Nacional, es notable que todos los logros sean siempre del gobierno pero que las deudas sean de ese ente llamado “la democracia” (es decir, de la sociedad, de nosotros mismos). Retomando lo anterior, el gobierno va a usar – de hecho ya lo hizo- el argumento de que ellos siempre abren el debate y la oposición solamente se encarga de cerrarlo y después quejarse de que no existe la discusión en el Congreso. Este golpe de efecto, habitual en el kirchnerismo, por suerte ya no es lo que solía ser. A esta altura, todos sabemos que en estos 12 años los políticos que están del otro lado del mostrador se han limitado a oscilar entre la estupidez y el colaboracionismo explícito, por lo que no hay mayor daño que se les puede infligir delante de la opinión pública. Por lo demás, también es ampliamente reconocido que el Congreso es una escribanía de la Presidenta por lo que seguir martillando con las instituciones tampoco parece ser la mejor estrategia. Tomemos el ejemplo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales: dos años de intensos debates en todo el país, abiertos para todo el que quisiese exponer, y luego varios meses de intercambio de los Legisladores con especialistas. Todo eso para apenas cambiar de lugar algunos puntos y comas y sacar a las telefónicas del medio para conseguir los votos del Partido Socialista del hoy tan opositor Hermes Binner y de Proyecto Sur del revolucionario Pino Solanas y sus laderos de interbloque Tumini y Donda. Mucho debate, muchas promesas, para terminar en una ley cuyas únicas partes positivas – que son varias, créanme- no han sido implementadas al día de hoy desde su promulgación el 10 de Octubre del año 2009. Como dijo Zannini ayer, ellos no pretenden cambiar nada de fondo en la Secretaría de Inteligencia sino apenas “mejorar lo ya existente”. Todo un statement revolucionario.

Una buena jugada al fin de un conjunto de partidos y agrupaciones que no ha podido jamás tomar la delantera ni marcar agenda aún en su mejor momento, que llegó con aquella victoria humillante de Francisco De Narváez – hoy con su antes odiado Massa- sobre Néstor Kirchner y Daniel Scioli en las Legislativas de 2009. No hay que dejar de lado en toda esta situación el golpazo que significó para el Frente Amplio-UNEN y para el resto de los partidos no kirchneristas, el anuncio de Macri y Carrió confirmando que irán a una interna juntos en Agosto. El acuerdo no contempla a la Ciudad de Buenos Aires y sirve básicamente para que el armado no peronista comience a tomar vuelo en todo el país. Habrá que ver si resulta y si los dos protagonistas estelares pueden dejar atrás un pasado de fricciones y desacuerdos, pero es innegable que muchos han sido expulsados de su zona de confort. Primero se desató la incertidumbre en el Frente Renovador, que tuvo que apurar la presentación de su “Gabinete en las sombras” para generar impacto en la sociedad tras un año y monedas de estancamiento. Luego llegó la reacción negativa de casi todo el UNEN – con la excepción de Sanz y Lousteau, que se mostraron con ganas de jugar en esa interna-, cuyos integrantes se cansaron de repetir que buscan una coalición amplia pero sin Macri ni Massa ni el Frente Para La Victoria. La gran contradicción es que Libres del Sur – de los kirchneristas reprimidos Humberto Tumini y Victoria Donda- ya se alió en Salta con el PJ de Urtubey, y que la parte de la UCR que sigue dentro del FA-UNEN ha movido muchas fichas en dirección hacia una inminente fusión con el Frente Renovador. Pino Solanas, Hermes Binner y Julio Cobos son bastante más cerrados en ese sentido y siguen insistiendo con que ellos son la “izquierda real” – un discurso calcado del gobierno, pero que ellos consideran diferente- y que con eso les alcanzará para ganar por goleada. La fórmula Cobos-Binner avanza a diario y muy posiblemente el resto del rejuntado vaya por separado sin siquiera pasar el corte en las PASO. Como se puede apreciar, bien lejos están de la realidad, pero lo peor es que en todos estos años de ser parásitos de la sociedad no han entendido cómo funciona la cosa: lo que se debe hacer antes que nada es llegar al poder y para ello se debe construir el mejor camino posible dentro de lo legal, sea este el que sea, a veces dejando de lado eso tan volátil que llamamos “ideología” porque la verdad es que ninguno de ellos la tiene. Lilita hace tiempo que eligió privilegiar la salida del Justicialismo del poder por sobre todo lo demás, y sabe que esta es la única manera. Se va a tapar la nariz para conseguirlo y además renuncia – en un hecho inédito- a su ego para dejarle las luces a Mauricio Macri. Solanas podrá llamar con despecho “traidora” a su ex compañera de boleta, pero lo único que hace es confirmar dos cosas muy graves: que es un mal agradecido, pues no sería Senador sin el espaldarazo que le dio ella en los recientes sufragios y que, con tipos como él, nuestro país jamás va a llegar a ninguna parte.

Pero ante un panorama despejado, nunca falta el boludo útil, el que ayuda al gobierno tratando de mostrarse como un estandarte de la honestidad en el peor de los momentos. Antes de que Viviana Fein llamase ayer a Jaime Stiusso a declarar, Gustavo Vera – Diputado por el FA-UNEN y director de la ONG La Alameda- presentó sonriente junto a Solanas una denuncia por enriquecimiento ilícito contra el ex espía de la S.I. Podrá ser cierto o no, pero lo único que consigue es darle más elementos al gobierno para que continúe su ataque sin pruebas (y con todas las probabilidades de que sea el nuevo perejil) contra su antiguo empleado. No se trata de defender a un personaje muy oscuro que se encuentra en Inteligencia desde 1971 y que ha sido utilizado con fines persecutorios por todos los gobiernos desde allí en adelante. Pero justamente en este caso, no parece ser el responsable pues su relación con Nisman era muy estrecha. Desde que Néstor Kirchner se lo plantó al difunto Fiscal en 2005, pasaron de una relación gélida a una muy buena en la que el ida y vuelta era permanente. Algo lógico tras 10 años de cooperación en cualquier área laboral. Mi sospecha sin evidencias pero con fundamentos es que Stiusso, tras ser borrado de un plumazo de la S.I por la Presidenta, se puso en contacto con su amigo para avisarle que ahora iban por él. Como mínimo trató de cuidarle la espalda y, seamos sinceros, si había alguien que podía tener el dato sobre su posible asesinato era él. Más allá de esta teoría personal, la oportunidad no es una de las grandes cualidades de los opositores pero esta vez falló justamente uno que venía volando bastante bajo. Se sabe de su cercanía con el Papa Francisco, que no se ha pronunciado acerca de la muerte de Nisman pero sí ha asesorado a Cristina para elegir al sucesor de Zaffaroni en la Corte Suprema y ahora le tira este salvavidas. Que esta denuncia llegue justo ahora – cuando la administración nacional se encuentra acorralada y sin casi ninguna salida- no creo que sea una casualidad, y más si a medida que pasan las horas van surgiendo nuevos datos. Vera dijo saber que Stiusso espiaba a Bergoglio cuando este era Cardenal, por lo que nos vemos arrastrados hacia la pregunta más obvia: si tenía las certezas y las pruebas ¿Por qué no fue antes, digamos hace 3 o 4 años, contra el espía? ¿Por qué ahora, cuando más le conviene al gobierno verlo demonizado en todos los medios de comunicación? Mal no estaría que el señor Vera responda en la brevedad estos interrogantes, pues son en extremo urgentes.

A todo esto, Cristina Kirchner se encuentra de gira en China para  “conseguir inversiones”, es decir para dejar en claro que por el Swap ella es capaz de entregarles todas las provincias del país. Pongámoslo en otras palabras: viajó para confirmar que puede caminar sin problemas, que ama que la reciban como una Reina en países donde gobiernan dictaduras opresivas y que la entrega del país a los asiáticos es una realidad. Mientras se hacía oficial que toda empresa china que busque adjudicarse una obra no deberá pasar por una licitación – ergo, un trato preferencial cuyas razones no son claras-, la Mandataria de la Argentina se encargó de bromear por Twitter con la forma en la que los racistas suponen que los hombres y mujeres de la China hablan español. Por suerte para ella y la misión que se encuentra allí, Xi Jingping no se va a ofender demasiado pues nos sabe regalados. Los grandes portales de noticias del mundo volvieron a colocar a CFK en primera plana, algo que se viene repitiendo desde el 18 de Enero hasta el día de hoy, y que no es precisamente un elogio. Con esta nueva distracción en marcha, el operativo para dar por cerrada la Causa Nisman ha comenzado. Lo que se viene es un debate en soledad del kirchnerismo en el Congreso – ayer en el Senado se pasaron del ridículo pues parecía una reunión en una unidad básica, que hoy tendrá a Verbitsky como invitado de honor- y la aprobación de la ley que instaura la A.F.I. Pero eso no es todo, porque la gran estadista nacional y popular sacó su mejor conejo de la galera: un plan de renovación de electrodomésticos. Cuotas y la posibilidad de obtener descuentos entregando los aparatos viejos. Como para que quede en claro que así y todo, contra las cuerdas y al borde de una crisis institucional, nos siguen considerando más imbéciles que el plancton. Es hora de que no les demos más razones para creer esto.