Tag Archives: Ballotage

Debates y Combates: Percepciones y realidades de cara a Octubre

29 Sep

macri-scioli

A menos de un mes de las elecciones presidenciales de Octubre, el panorama no ha cambiado demasiado desde las PASO celebradas en Agosto. Daniel Scioli se mantiene en primer lugar con un porcentaje cercano al 40%, Mauricio Macri reviste el segundo lugar en los sondeos con un 30% y Sergio Massa es el último con chances reales con un 20% de intención de voto. Ninguno ha hecho demasiado por modificar si situación, cada uno de ellos por razones muy diferentes: el oficialismo está confiado en poder acordar con Massa y sumar algunos votos más con los famosos “indecisos” – que en nuestro país suelen definir cada elección-, desde el Cambiemos se espera que el pacto UNA-FPV no se concrete y que el deseo mayoritario de cambio lo depositen en el Ballotage y Massa sabe que puede forzar cualquier escenario acorde a lo que más le convenga políticamente.

Desde muchos medios de comunicación, sin importar su color político, se ha comenzado a agitar la posibilidad de que el Frente Para La Victoria consiga un triunfo en primera vuelta. Para ello hay dos posibilidades: que la fórmula Scioli-Zaninni supere el 45% de los votos o que consigan quedar por encima del segundo por el 10% o más. De seguir esto así, el partido de gobierno podría estar ante las puertas de un cuarto mandato consecutivo. Algo que para muchos resultaría intolerable y que no se correspondería con la muy mala situación socioeconómica que está viviendo nuestro país. Los cañones apuntan a Sergio Massa y De La Sota, que parecen ser los que poseen tanto la llave para que el Ingeniero llegue al Ballotage y tenga una chance más para vencer a Scioli, como el poder de terminar con la carrera política del hombre de los globos amarillos.

La pasada semana, el debate se centró en la – valga la redundancia- ausencia anticipada de Daniel Scioli en los debates presidenciales que se realizarán en unas semanas. Luego de darle varias vueltas al asunto, el candidato del oficialismo hizo lo que todos esperábamos: dijo que jamás había prometido su asistencia y que se bajaba para “hacerle un favor” a Macri y evitar que siga perdiendo votos. Una ironía innecesaria y sin sentido alguno, ya que él tampoco muestra cifras ascendentes en lo que refiere a los votos. El Gobernador agregó, imitando el estilo de Néstor y Cristina, que le va a “seguir hablando a LAGENTE como todos los días” y dió por terminada la discusión. Como siempre, las críticas llovieron sobre el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires pero este se mantiene confiado y supone que los ataques irán disminuyendo a medida que pasen los días. Scioli es un político bastante flojo en lo que refiere a habilidades de gestión y más aún en el área del carisma, pero su gran virtud – si es que puede ser llamada así- reside en nunca llegar a la confrontación frontal. Así es como ha construido una falsa imagen de víctima frente a los ataques de Cristina y Néstor Kirchner en estos 12 en los que ha sido ni más ni menos que el socio principal del matrimonio presidencial. No son pocos los que ven a Scioli como “un felpudo” o un “sobreviviente” y suponen que de ganar podría obtener un margen más grande de autonomía y así realizar todas las cosas que los maléficos Kirchner no lo han dejado hacer en todo este tiempo. Es decir, Scioli no ha sido un actor marginal en estos 12 años de kirchnerismo puro sino uno de los motores del Frente Para La Victoria. Quienes sostienen lo contrario, entran en una falacia absoluta que habla de una sociedad narcotizada e individualizada, arrastrada de las narices por los diversos medios – que cada día son más operadores políticos y menos informadores de la realidad-, que no puede pensar como un conjunto y que es incapaz de realizar un análisis básico de la labor del ex Ministro de Carlos Menem en todos estos años como Vice-Presidente y Gobernador de la provincia más relevante – en términos políticos y electorales- de la Argentina.

Pero volvamos al tema del debate, porque también son muchos los que sostienen con absoluta certeza que: “Cristina no lo deja ir a debatir a Scioli”. Tres de ellos son, por ejemplo, Macri, Massa y Stolbizer. Todos repitiendo un discurso que a su contrincante le cabe como anillo al dedo. Lo que estas personas deducen es que, como el kirchnerismo ha sido reacio a debatir en todos estos años, dando un mínimo de entrevistas – y la mayoría de ellas con medios y periodistas obsecuentes- y hablando solamente vía las insoportables Cadenas Nacionales o con funcionarios de segunda línea recorriendo programas de tinte oficial o directamente partidarios (blandiendo el lema “el candidato es el proyecto, lo que hicimos son nuestras propuestas y nuestro discurso”), es imposible que le permitan a Daniel Scioli asistir a un debate televisado con los otros candidatos. La teoría de que se piensan de sangre azul, como una raza superior de políticos que no debe entrar en contacto con sus inferiores rivales.

Pero como en todo lo que sucede en nuestro país, alrededor de este tema se enfrentan dos extremos. El primero es el que acabo de describir y dentro de él se encuentra un sub-tipo bastante extraño – y por ende minoritario- de personas que pueden leer lo que realmente sucede. Cualquiera que haya escuchado a Scioli en alguna de sus varias entrevistas en diversos programas periodísticos – en su defensa, ha ido a todos- se puede dar cuenta que no son demasiadas las luces que este posee. Le cuesta mucho hilvanar dos o tres ideas, no transmite absolutamente nada ni siquiera cuando se pone en modo vehemente y es incapaz de salirse de un guión que no siempre logra recordar. Tal vez no sea el dedo mágico de CFK lo que le impida a Scioli asistir a los, en teoría, dos debates que se realizarán en estos días sino la auto-conciencia (el famoso self awareness) de que ese pequeño tour puede hacerlo resignar muchos de los votos que por ahora tiene cautivos. El bonaerense ha sido siempre el mismo, lo que sorpresivamente cambia con el correr de los días, meses y años es la percepción que la opinión pública y la población tienen de él. Y esta es una jugada que siempre le ha sido favorable, por lo que es prácticamente imposible que en este momento decida sorprender y jugar una carta diferente. Más aún si consideramos que se encuentra en las puertas de un objetivo por el que “trabajó” durante 12 largos años. Habrá que ver si él entiende que esta coyuntura no es la misma que la de 2003, que no se trata de llegar al poder en medio de un incendio total y de luego de dos años de consenso social sacarse de encima a su mentor político. Primero porque CFK lejos está de ser eso – no lo quiere en el poder, pero lo coloca allí porque es mejor eso a salir eyectados de la Casa Rosada- y segundo porque el país no se encuentra ni remotamente cercano a como estaba a nivel político, social y económico en aquella salida de la crisis de 2001. Si no, que le pregunte a Estela de Carlotto que es lo que piensa acerca de su candidatura y de las posibilidades de construcción independiente de poder que poseería en caso de obtener una victoria.

Los números tienen algo especial: son fríos y, por lo general, no admiten dobles lecturas. Ya está definido que Mauricio Macri es el único que puede forzar un Ballotage, más allá de que a veces parezca que se conforma con colocar al Cambiemos en el lugar de primera fuerza opositora. Las conversaciones con Massa iniciaron apenas terminaron las PASO y tuvieron su punto más alto durante el escándalo en Tucumán. De a poco, todo se fue apagando tras la habilitación para que Manzur asuma como Gobernador, y se hicieron evidentes los acercamientos entre el tigrense y el gobierno nacional. Con un 20% de los votos y mucho poder en la Provincia de Buenos Aires, todo estará en sus manos: dependiendo de para que lado tercie, tendremos o no una segunda vuelta electoral en este 2015 agitado. Lo que comenzó la ruptura discursiva entre dos espacios que se estaban entendiendo, fueron las diversas acusaciones hacia Fernando Niembro por su rol en la empresa La Usina. Si bien el patético comentarista deportivo renunció a su candidatura como Diputado Nacional – iba camino a ser electo con un porcentaje muy grande- lo hizo con un discurso negador y acusando al kirchnerismo de operar políticamente en contra de Macri. Sin dudas que fue oportunista el momento para realizar la denuncia, pero lo cierto es que los hechos están allí y que la tan mentada Justicia ha imputado a Niembro por las maniobras entre su empresa y el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Como era de esperarse, el kirchnerismo salió a rasgarse las vestiduras y tanto Massa como Stolbizer aprovecharon para cortar con la dulzura – recordar la foto de los tres pidiendo por la elección tucumana, rara avis en nuestra política- y salir con los tapones de punta contra el Ingeniero y su ex-candidato. Para ser honestos, desde el PRO no hicieron demasiado por evitar esto: salieron a defender lo indefendible, a sabiendas de que si el Poder Judicial llega a escarbar un poco más en la mugre, hasta Macri podría terminar muy ensuciado. Su manera de negar las acusaciones contra Niembro y el escudo mediático-político que le colocaron alrededor – hasta la renuncia que descomprimió un poco la situación- fue demasiado similar a los que el FPV supo disponer frente a funcionarios acusados como Amado Boudou, Julio De Vido, Ricardo Jaime y hasta los mismos Néstor y Cristina Kirchner. Todos vieron las similitudes, salvo los fanáticos del partido amarillo y su líder, que adscribieron a lo que Pinedo publicó en varias redes sociales: “La renuncia de una persona de bien”. Como si una renuncia te hiciese inocente, como si verdaderamente el Cambiemos fuese una revolución renovadora dispuesta a cambiar nuestro sistema político y económico.

Que haya muchos ciudadanos – dejando de lado a los que apoyan fervientemente a Macri- que estén a favor de un cambio de figuritas, no significa que quieran un cambio real. Y los tres candidatos parecen tener esto bastante en claro, pues lo único que han hecho hasta el momento es enunciar lugares comunes y hablar cada semana acerca de lo que los medios deciden que es importante. En estos días, el tema instalado fue el del “Dólar Blue” llegando a los 16$ y la directiva a las empresas de cotizar sus bonos a dólar oficial (9,50) y no al precio del paralelo (14). Esto dió pie a que todos apareciesen con sus gurúes económicos a contarnos que cuando ellos asuman la presidencia el tema del Blue se la va solucionar de una vez por todas ¿Como lo van a hacer? Todavía no tenemos mucha idea, pero es lo de menos, porque lo que necesitan para capturar votos y atención es repetir algunas palabras clave con las que nos bombardean todo el día y el trabajo está hecho. Tal vez sea una ingenuidad de parte de quien les escribe, pero algún día encontraremos un político dispuesto a hablar de la pobreza en serio. No que solamente critique al gobierno por esconder los índices y mediciones – que realizó, pero que no publicó porque las cifras son escandalosas- sino que explique como lograría erradicarla casi por completo. Que responda si va a tener el coraje y la capacidad necesarias para distribuir más equitativamente la riqueza, sin permitir que nadie se lleve más de lo que le corresponde. Pero esto implica ir contra varios de los actores sociales más poderosos y también contra una gran porción de la población – en su mayoría anti-kirchnerista- que habla de la pobreza y se indigna por lo que algunos programas de televisión muestran, pero que si llegan a tener a un indigente y/o pobre cerca lo discriminan y salen corriendo. Siempre es más fácil ver los problemas desde la comodidad de la propia casa, de esa que millones no tienen y con la que ya ni siquiera sueñan. Quejarse organizando fugaces marchas llamadas “no partidarias” pero que terminan siendo mitines de los partidos políticos opositores, pero que a muchos les permiten mostrar sus carteles y gritar un poco contra “la yegua”.

La analogía que mejor nos sienta como sociedad es la de nuestra Presidenta ensayando por Cadena Nacional unas lágrimas por Aylan Kurdi el día que fue encontrado muerto en la playa, al mismo tiempo que en su propio país moría por abandono del Estado un joven argentino en el Chaco. Hecho que fue ignorado por CFK mientras acusaba a “los del Norte” (una brújula, por favor) de dejar “morir niños en la playa” y afirmar que aquí eso nunca sucedió ni sucederá. El centro en lo que digan y expongan los medios y la hipocresía, los dos ejes sobre los que parecemos movernos constantemente.

En medio de todo esto, falta menos de un mes para unas elecciones que han posicionado con chances a 3 candidatos en extremo similares. El que mejor se ha movido en este tramo definitorio ha sido Sergio Massa, que revitalizado tras una performance mucho mejor de lo imaginado en las PASO, logró crecer en el Conurbano Bonaerense y pasar a ser el solicitado por todos sus colegas una vez más. Una especie de regreso a 2013, pero con la certeza de que su rol será únicamente subordinado a la victoria de Scioli o Macri, más allá de que la semana pasada se haya mostrado optimista para alcanzar los 30 puntos en este mes. Tres candidatos flojos que tocan de oído solamente – sin profundidad alguna- los temas que están instalados socialmente por los medios, muchos intereses concretos que se mueven detrás y de la mano de cada uno de ellos (lean los diarios, miren como Clarín juega para Scioli aún más que Página 12, por ejemplo) y en el medio una población que no parece estar dispuesta a cambiar demasiado. Siempre decimos que nuestros políticos son un producto de nuestra sociedad, no llegan desde un plato volador ni mucho menos. Lamentablemente para nosotros, en este caso no son el reflejo de nuestras virtudes sino de todos nuestros vicios, de todo lo que está mal y que es predominante en la Argentina. Algo de lo que deberíamos avergonzarnos profundamente, antes que consumirnos una vez más en el eterno dialogo de sordos que tanto mal nos ha hecho. Volviendo al ejemplo de CFK y Aylan Kurdi: primero mirar como estamos por casa antes que hacer hincapié en los problemas del otro. Un consejo que le vendría muy bien tanto a los kirchneristas como a los anti-kirchneristas rabiosos. No se trata de que el otro sea más o menos ladrón que yo, sino de que está mal robar, algo que quedó al desnudo con el caso Niembro. Demasiadas similitudes entre dos sectores que se consideran opuestos entre sí.

Percepciones y certezas de cara a unas semanas que prometen ser intensas con el inicio oficial de la campaña previa el día de mañana. Por el momento, como sociedad elegimos quedarnos con las percepciones y armar nuestro propio cuadro acorde a como mejor se acomode a nuestros deseos y realidades. Los que elijan el camino de las certezas, sin dudas que estarán un poco mejor encaminados a la hora de entender una compleja situación política, económica y social que lejos estará de mejorar en el corto plazo sea quien sea el ganador de esta nueva venta de productos electorales.